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Los llamativos e icónicos árboles baobab, que pueden tener más de 2.000 años y forman parte del paisaje africano, se están muriendo. Y no se sabe por qué.
Este árbol (Adansonia digitata) es la planta con flores más vieja y se halla en regiones tropicales. Puede contener hasta 500 metros cúbicos de madera, su tronco a veces presenta cavidades y sus ramas semejan raíces en el aire.
El reporte fue presentado por investigadores en Nature Plants, quienes realizaban pruebas de datación de los individuos, dado que sus troncos no desarrollan necesariamente anillos cada año.
Dentro del folclor regional se afirma que son muy viejos y su edad se le atribuye por el tamaño, dijo Adrian Patrut, radioquímico de Babeş-Bolyai University en Rumania.
Su grupo hizo la datación de más de 60 baobabs entre 2005 y 2017, casi todos los más grandes y posiblemente más longevos de todo el continente.
El estudio sugiere que viven tantos años porque periódicamente producen nuevas yemas, tal como otros árboles producen ramas. Con el tiempo, esas yemas se fusionan en una estructura tipo anillo, creando una falsa cavidad en el centro.
Los investigadores se sorprendieron al ver que la mayoría de los árboles más viejos murieron durante el estudio: 9 de los 13 más viejos y5 de los 6 más grandes.
No encontraron señales de alguna epidemia, siendo tal vez el cambio climático el responsable.
En 2010 y 2011 vieron que las yemas de Panke, un árbol sagrado en Zimbabwe, cayeron y murieron. Ese árbol tenía 2.440 años, el más viejo datado hasta ahora.
Otros árboles en diferentes regiones murieron también.
Sarah Venter, especialista en esos árboles, de la Universidad de Witwatersrand en Sudáfrica, quien no participó en el estudio, dijo a Nature que la causa de la muerte podría ser que no fueran tan resistentes a la sequía como se creía.
El misterio continúa.