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Quizá uno de los superpoderes de la música es la posibilidad de ser tantas cosas a la vez. Aunque las notas no cambian, porque siempre han sido las mismas, han buscado manos para adaptarse y combinarse jugando con el ritmo, el tiempo y la creatividad, y así tomar una nueva forma.
A partir de hoy, el Parque Explora le abre las puertas a la Sala Música, un nuevo espacio interactivo que será dedicado a ese enorme cúmulo de aspectos que la caracterizan.
Desde el principio, cuando se definió que la antigua sala de física tomaría de vestido los sonidos, ha habido interacción con toda clase de públicos. Más de 200 personas, entre expertos, ciudadanos y aficionados trabajaron de manera colaborativa para llegar a esta idea.
“La música es un universo y hay que saber qué es lo que uno cuenta”, dice José Julián Ramírez, vocero de la Sala Música en el Parque Explora. Es complicado que un solo espacio abarque la inmensidad de la música, por esa razón había que desarrollar con cuidado cada experiencia con la que los visitantes se encontrarían.
Explora se guió por una clasificación en tres partes: la académica, a la que muchas veces se le llama clásica, la tradicional y la popular. Bajo el concepto de que las tres son de igual importancia, este sitio es un festín en el que hay mucho por aprender y también muchas opciones para divertirse.
Las raíces sonoras
El primer nivel de la sala se basa en el concepto del origen: desde lo natural y lo cultural. El primer lado se explica desde los fenómenos de la física del sonido. La exploración cultural, por otra parte, viene amarrada a las tradiciones.
Algunas experiencias parten desde lo más básico, como utilizar objetos cotidianos para crear música. Otras buscan generar una vivencia distinta que vaya más allá de la audición. Eso lo pretenden lograr a partir de la vibración, por ejemplo.
En la experiencia Contacto, “habrá unas piezas musicales con interfaces gráficas en video y los públicos van a sentir vibraciones diferentes en sus manos, espalda, glúteos y pies”, explica Ramírez. Este tipo de actividades están orientadas a personas con discapacidades auditivas en primera instancia, pero cualquier visitante puede vivirlas.
Otro de los espacios es Paisajes Sonoros, una experiencia audiovisual en la que el participante puede ubicarse en el centro de un enorme rectángulo de espejos. Allí escucha y visualiza seis diferentes paisajes de la tradición musical colombiana desde su geografía: el Pacífico Sur, Amazonas, los Llanos Orientales, Atlántico Occidental, Altiplano Cundiboyacense y San Andrés.
Las imágenes, con un estilo documental, van dictando la música. Las piezas fueron propuestas especialmente para el proyecto en cada una de sus zonas de origen, teniendo en cuenta tres componentes unificadores: el canto a capela, la fabricación de instrumentos y los conjuntos musicales tradicionales.
En El Toque, otra área, la idea principal es perderle el miedo a tocar instrumentos. “Las mamás entonan canciones de cuna, los niños hacen rondas infantiles y en las tribunas los aficionados al deporte cantan y tocan tambores”, dice la inscripción en la entrada.
“No es cierto que todos digamos a la ligera que no tenemos idea de música, porque todos hemos participado de alguna forma en algún escenario de estos”, cuenta Ramírez.
Allí están dispuestos varios instrumentos de tres zonas de Colombia y los espectadores pueden aprender a interpretarlos al unísono entre varios participantes.
En contacto con lo clásico
En el segundo nivel de esta nueva apuesta de Explora, el panorama es distinto. ¿Se ha preguntado cómo sería la experiencia de dirigir una orquesta como la Filarmónica de Medellín? En este espacio usted se dará cuenta si puede con la batuta.
Tendrá que escoger una pieza musical como la Obertura de Guillermo Tell, por ejemplo, y pararse a dirigir la pieza frente a los músicos que conforman actualmente la Filarmónica. Una pantalla le mostrará cómo mover los brazos para conducir la obra de la mejor manera posible y la lentitud o rapidez de la música se adecuará a sus movimientos.
También podrá encontrar, en otra área, un teclado adaptado para interpretar ciertas escalas musicales de acuerdo a un género determinado.
Allí, el participante puede escoger la tónica de la escala que escoja y de acuerdo a eso se iluminan ciertas teclas. La idea es que la combinación de esas teclas suene como una pieza que pertenece a ese género.
Todo es cuestión de gozar
Entrando al conocido mundo de la música popular hay propuestas igualmente interesantes. Puede grabar su voz por pistas en una especie de estudio de grabación, cantar con un grupo de amigos en un karaoke o formar una banda al mejor estilo de Rock Band o Guitar Hero.
Podrá aprender diferentes estilos de danza, aprenderá a rapear junto a un artista local e incluso podrá protagonizar un video musical. La cantidad de posibilidades para hacer suya la música son tantas como las que la música ha usado, en algún momento, para apropiarse de usted. Es su turno de cantar.