La música calló, las bodas se cancelaron y la gente lloraba en las calles el sábado, el primer día que vivieron los cubanos sin el líder que llevó a su isla a una mayor igualdad social y años de ruina económica.
En una capital silenciosa, decenas de cubanos dijeron que sentían verdadero pesar por la muerte de Fidel Castro, cuyas palabras e imagen llenaban las páginas de libros escolares, las ondas de radio y las primeras palabras desde antes de que muchos de ellos nacieran. En conversaciones más íntimas, algunos expresaron la esperanza de que su muerte disminuya la presión para el camino de reformas emprendido por el presidente Raúl Castro.
Los dos hermanos condujeron a los rebeldes barbudos desde las montañas de la Sierra Maestra oriental hasta...
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