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Mucílago para el cuidado de la salud y del medio ambiente

En 2011, la hacienda La Arboleda empezó a evaluar qué se podía hacer con el mucílago. Hoy es la única finca en el mundo certificada por Rainforest para el uso de esta sustancia viscosa.

  • El mucílago es una sustancia vegetal viscosa, coagulable al alcohol. En el café, es la capa gelatinosa que hay entre la cáscara y el grano. En las fincas productoras de café, el mucílago se remueve manualmente del grano. FOTO donaldo zuluaga
    El mucílago es una sustancia vegetal viscosa, coagulable al alcohol. En el café, es la capa gelatinosa que hay entre la cáscara y el grano. En las fincas productoras de café, el mucílago se remueve manualmente del grano. FOTO donaldo zuluaga
16 de octubre de 2017
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El grano del café es como una cereza roja. Llamémosle cáscara a la capa que lo recubre. Entre la cáscara y el grano, radica el mucílago, una película transparente y gelatinosa, la pulpa en el interior de la fruta. La semilla, lo que se consume luego en el líquido pardo que tanto gusta tomar, es solo el 40 %. El resto, lo que no se usa, es el 60 %. Esto significa que más de la mitad del fruto se desperdicia.

Las sustancias dañinas del mucílago van a parar, entonces, a las fuentes de agua. Para descontaminarlas se tendría que limpiar piedra por piedra de la quebrada con un cepillo. Toda la toxicidad se aferra ahí y daña la fauna y la flora.

La propuesta de solución vino precisamente de una familia con una considerable tradición en el cultivo cafetero. Hace más o menos cuarenta años, en el municipio de Andes, Suroeste de Antioquia, una familia produce café. En este proceso, manejan altos volúmenes de los que se derivaban, desde luego, elevadas concentraciones de mucílago.

Como andaban en espera de una certificación internacional, Rainforest Alliance les advirtió que no podían otorgársela, puesto que esta organización no solo velaba por las condiciones laborales de los recolectores, sino también por las formas en que se atentaba contra la naturaleza.

La Certificación Rainforest Alliance es un sello de calidad que le garantiza a los consumidores que tanto los procesos de producción como los productos terminados provienen de fincas que cumplen con los rigurosos estándares de la Red de Agricultura Sostenible (RAS), diseñados para garantizar la protección de la vida silvestre y la conservación de las fuentes hídricas.

En 2011, la hacienda La Arboleda, con una extensión de 300 hectáreas de café y con más de un millón de árboles, empezó a evaluar qué se podía hacer con el mucílago resultante. Probaron varias soluciones. Una de ellas fue almacenarlo, pero al hacerlo, la sustancia se solidificaba y los recipientes que usaban para ello se perdían. Encima, si no se le daba un tratamiento adecuado, después de doce horas se volvía material tóxico.

Tras hacer el balance de cada inconveniente, se dedicaron a examinar las propiedades del mucílago. Empezaron con observaciones, hicieron varios ensayos y obtuvieron resultados positivos. Descubrieron una materia prima muy rica en antioxidantes, en polifenoles, en peptina, en ácido clorogénico y cafeico. Una fuente de interés surgió como para proyectar qué se podía hacer con ella.

Se probó en varias aplicaciones como repostería, heladería, bebidas.

Finalmente, seleccionaron el camino de las bebidas, atendiendo a que es un mercado que crece globalmente, y una forma más fácil y rápida de que los consumidores puedan adquirir los antioxidantes que necesita el organismo y, sobre todo, un modo más atractivo que ingerir las siete porciones de frutas y verduras recomendadas por la Organización Mundial de la Salud para obtener iguales niveles.

Hacienda La Arboleda acabó siendo la única finca en el mundo certificada por Rainforest para el uso del mucílago.

La pregunta de qué hacer en concreto con el mucílago siguió revoloteando hasta agosto de 2016, cuando una línea de productos comenzó a cobrar forma.

Natucafé y +Vital

De la hacienda, con alrededor de 120 cargos fijos, 200 recolectores en época de cosecha, se condujo a la creación de una pequeña empresa a cargo de Marcela Franco, integrante de la familia que administraba los cultivos. La empresa se ocupó de trabajar con el mucílago y de probar los usos de todos los subproductos derivados del fruto del café.

La pulpa se empleaba antes en compostaje para abono, ahora este producto se aprovecha en la elaboración de la bebida +Vital y están en el proceso para exportarlo como materia prima.

El +Vital, bebida funcional, se hace en tres sabores. Uva, arándanos y té negro con limón. El concentrado natural, +Vital Plus, es una combinación de esos sabores. Se comercializa envasada en botellas de vidrio con capacidad para 370 ml. Sin azúcar añadida y pasteurizada.

Del mucílago también se pudieran producir cosméticos, pero Natucafé se enfoca en la bebida porque otras actividades conllevarían una mayor inversión de capital. En el futuro, la empresa quiere utilizar otras derivaciones como el cisco (cascarilla sobrante) y la hoja, con el fin de aprovechar la planta al máximo.

Marcela Franco roza los treinta años de edad y estudió Administración de Negocios en Eafit. Se especializó en logística integral en la Universidad de Antioquia. Seis meses después de graduada, le ofrecieron trabajo en el departamento de innovación, lo que le hizo posible desarrollar conocimientos sobre gerencia de proyectos y de ejecución financiera, relacionándose con los temas de propiedad intelectual de patentes.

A lo que su padre inició de forma empírica, Marcela le ha impreso un carácter más formal en el universo de los negocios.

Los productos comenzaron a circular en el mercado en diciembre del año pasado, a menos de un año. El 25 de septiembre de 2017, le informan a Natucafé que fue reconocida con el premio Antójate de Antioquia, con un incentivo monetario que la Secretaría de Desarrollo Económico de la Gobernación les entrega a las unidades productivas que generen empleo e innovación para la región.

Contribuir a una caficultura más consciente del cuidado medioambiental es una de las premisas de la empresa, dice Marcela Franco. Su padre es el representante legal y su hija la gerente general.

De aquí a una década, ella ve a Natucafé, de cuyas funciones se encargan solo cinco personas, como una empresa reconocida internacionalmente, centrada en el cuidado de la calidad de vida de las personas y al mismo tiempo del medio ambiente.

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