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Solo esta semana la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) dejó en firme la licencia que comenzó un tortuoso trámite desde el 29 de junio de 2012 y tener luz verde para construir el proyecto hidroeléctrico Porvenir II con capacidad de 352 megavatios de energía, en límites de los municipios de San Carlos y Puerto Nare, en el suroriente de Antioquia.
Con el visto bueno de la Anla, y reportado la noche del martes por Celsia, la filial de Grupo Argos quedó como único dueño de los derechos, diseños y estudios técnicos, financieros y ambientales que adelantó la sociedad Producción de Energía S.A.S, filial de la firma de ingenieros local Integral, como se pactó desde finales de enero de 2012.
Ahora el proyecto está en el limbo. Se salió de todo cronograma para cumplir con la obligación de estar generando para diciembre de 2018. Tal plazo lo asignó la subasta de cargo por confiabilidad que realizó la Comisión de Regulación y Gas (Creg) desde enero de 2012.
Sin embargo, solo obtiene aval ambiental a dos años y medio, cuando las obras debieron empezarse desde inicios de 2013 para tener a tiempo instaladas tres unidades de generación al pie de una presa de concreto compactado en forma de arco y de 140 metros de altura sobre aguas del río Samaná.
“Es un proyecto atractivo e importante respecto del cual Celsia evaluará el momento para su desarrollo conforme condiciones de mercado y regulatorias”, señala Celsia en su escueto reporte al mercado del martes en la noche.
Pero desde octubre del año pasado, cuando la misma demora de los permisos ambientales hicieron perder el cargo por confiabilidad, le implicó a Celsia pagar 34.600 millones de pesos.
Ya sin la atadura del plazo, el entrante presidente de Celsia, Ricardo Sierra Fernández, dijo a este diario el 31 de mayo pasado que el momento de arrancar obras de Porvenir II es decisión de la Junta Directiva: “Como se ha demorado tanto frente a otras alternativas de inversión, se está revisando qué hace más sentido”.
Además el proyecto enfrenta un aumento de demandas sociales, a la par del incremento de su inversión: a comienzos de 2012 se tasó en 700 millones de dólares, para abril de 2015 ya se valoraba en 900 millones, y a precios de hoy ya debe superar los 1.000 millones.
Mientras Celsia define el futuro de Porvenir II, espera licencia ambiental de Corantioquia para este segundo semestre en la minicentral San Andres (19,9 megavatios), en el municipio del mismo nombre, en el Norte de Antioquia.