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“El gobierno corporativo no es una moda, es una necesidad para las pymes”

EL COLOMBIANO habló con experto del Banco Mundial de un tema crítico para empresas locales.

  • Francisco Javier Prada Ramírez, oficial de Gobierno Corporativo del IFC (Banco Mundial) estuvo de visita en Medellín y dio consejos a empresarios antioqueños. FOTO Donaldo Zuluaga
    Francisco Javier Prada Ramírez, oficial de Gobierno Corporativo del IFC (Banco Mundial) estuvo de visita en Medellín y dio consejos a empresarios antioqueños. FOTO Donaldo Zuluaga
Claves de gobierno corporativo en Colombia
22 de enero de 2017
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No falta la empresa en que llegue el dueño y le diga al contador que soporte como gastos de representación los 10 millones de pesos de la apuesta que perdió el fin de semana en el campo de golf.

No falta la empresa que tiene entre sus activos un apartamento y un carro en Miami, aunque sus operaciones sean solo en Colombia.

No falta la empresa en que su socio controlante y gerente se crea el rey francés Luis XV y, para no diferenciar el patrimonio familiar y corporativo, simplemente diga: “la empresa soy yo, y punto”.

No falta la empresa en que aparece el hijo desubicado del dueño que, sin trabajo, se haga nombrar asesor. Más aún, el padre incauto convencido de que es por genética que se transmite la visión empresarial y repita el ciclo del padre pobre y trabajador, hijo rico, nieto pobre.

No faltan las empresas familiares en que las juntas directivas se convierten en otra reunión en la finca para discutir por qué el hermano mayor y gerente se subió el sueldo mucho más que el hermano menor y subgerente.

No falta la empresa en que la oficina del presidente parece más un cuadrilátero de lucha libre, en que cada semana hay una pelea con los socios.

No falta la empresa que aplaza, una y otra vez la decisión de tener una junta directiva con miembros externos, porque es muy costoso pagar honorarios, o deje para el otro año el plan de sucesión del socio fundador.

Estas y otro tipo de malas prácticas las ha podido evidenciar Francisco Javier Prada Ramírez, delegado para Colombia de Gobierno Corporativo de la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés), brazo privado del Banco Mundial.

Este abogado también trabajó en el grupo de liquidaciones de la Superintendencia de Sociedades y allí, como jefe de Riesgos, lideró la política de supervisión y es coautor de una guía criolla para que empresas colombianas mejoren su gobierno corporativo (ver Cómo Sucedió).

“La experiencia dicta que las empresas quiebran más por ausencia de prácticas de gobierno corporativo que por otras razones. El empresario sabe vencer las adversidades del mercado, pero no siempre en la pelea interna con socios o familiares a la hora de tomar decisiones”, comentó recientemente el experto, quien habló a un grupo de empresarios, en un foro convocado por la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia.

Por eso para él la regla de oro debe ser: haga como socio mayoritario lo que le gustaría que le hicieran como accionista minoritario. “Esto cierra el paso a las desconfianzas que minan la gestión de las compañías”, aclara.

Con todo, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (Ocde) define el gobierno corporativo como el conjunto de relaciones entre la administración de la empresa, su junta directiva, sus accionistas y otras partes interesadas. “También proporciona la estructura para fijar los objetivos de la compañía y se determinan los medios para alcanzar esos objetivos y supervisar el desempeño” (ver Informe).

No en vano, una encuesta de la consultora global McKinsey arrojó en 2005 que para el 85 % de fondos de capital privado en América Latina el gobierno corporativo es un factor de inversión tan o más importante que la situación financiera de la empresa donde invierten.

EL COLOMBIANO dialogó con Prada Ramírez acerca de cómo está el país en gobierno corporativo, consejos prácticos para una implementación adecuada en pequeñas y medianas empresas (pymes) y la obligación de supervisión de las juntas directivas ante casos recientes de cartelización. Al final, no basta con tener un Código de Gobierno Corporativo para resolver problemas internos.

¿Cómo está Colombia en gobierno corporativo frente a otros países de la región?

“En particular con las pequeñas y medianas empresas (pymes), que componen gran parte del tejido productivo de las economías latinoamericanas, Colombia se puede considerar con un buen nivel de avance. Ya cuenta con una Guía Colombiana de Gobierno Corporativo para Sociedades Cerradas y de Familia (disponible en www.supersociedades.gov.co), que solo existe en cinco países y es el único de la región. Además, desde hace más de cinco años se desarrolló un programa de implementación de gobierno corporativo para pymes y ha sido exitoso hasta ahora”.

¿Cuál aspecto es prioritario que las empresas colombianas mejoren?

“Hay que generar más prácticas que permitan a las pymes tener una mayor transparencia, no solo con sus grupos de interés, sino en la toma de decisiones, eso es tener información más adecuada y de calidad al servicio de quienes deciden el rumbo”.

¿Cómo vamos en cuanto a la composición de juntas directivas?

“Ahí también hay un reto: la profesionalización de estos órganos, que ya en Colombia no solo se aplica en empresas grandes, sino que es útil y viable en empresas medianas y pequeñas, al reconocer que no es tan costoso y tiene unos beneficios. En todo caso, debe haber un esfuerzo por profesionalizar a miembros de la familia que integran las juntas, así como contar con independientes que también lo sean”.

¿Por qué hay resistencia a aplicar estas buenas prácticas en el país?

“Porque para un empresario, en su vida cotidiana, no considera relevantes estándares internacionales de gobierno corporativo. Es muy importante que cada empresario comprenda que un tema de primera línea en su agenda debe ser el gobierno corporativo, no solo para que la empresa sea rentable, sino para sobrevivir en el futuro”.

¿A qué se refiere?

“Antes las empresas no enfrentaban procesos de sucesión y los gerentes tuvieron en la segunda mitad del siglo pasado su mejor productividad, pero ahora ya se están dando y hay un riesgo grande para la economía colombiana si estos empresarios no saben entregar a una segunda generación las riendas de las compañías. Por eso el gobierno corporativo no es una moda, sino una necesidad para la ser sostenibles”.

¿Por qué al ciudadano de a pie le debe importar que haya mejores niveles de gobierno corporativo en la empresas colombianas?

“A cualquier persona que se relacione con una empresa le debe interesar. Si soy cliente de una empresa de vehículos que ha tenido problemas con sus mecanismos de control de emisiones de gases, me debe interesar que esa compañía tenga una junta directiva con un nivel de supervisión adecuado para que esas cosas no pasen, no vuelvan a ocurrir y no me vea afectado en el futuro a la hora de, por ejemplo, conseguir un repuesto o cambiar de carro”.

¿Por qué debe interesar a los trabajadores de cualquier empresa que haya buen gobierno corporativo?

“Porque esto garantiza transparencia en todos los procesos. A veces a la gente no le importa tanto tener un buen puesto, sino que sea en una empresa con buena reputación, transparente, con buen nombre. Al final, las empresas que tienen mejores estándares en este tema, también tienen mejores resultados en los mercados que están”.

Existe la idea de que el gobierno corporativo es algo lejano, de una junta directiva, gerente y dueños...

“El cambio y mejora de la cultura organizacional está ligada a mejores procesos de comunicación. Es fundamental que desde el operario hasta el directivo de alto nivel tengan contacto con los temas de gobierno corporativo, no solo con talleres informativos y de sensibilización, sino también, como decía Einstein: la mejor forma de enseñar es el ejemplo. Cuando se aprecia que hay un estilo transparente de administración, unos procedimientos operativos estandarizados, una selección de personal rigurosa, entre otros temas el empleado comprenderá mejor que obedecer a unas buenas prácticas de gobierno corporativo”.

Entonces, ¿cómo se explican casos recientes de grandes compañías que, con posibilidades e instancias de gobierno corporativo, terminan involucradas en carteles en negocios como el papel higiénico, los cuadernos o los pañales?

“Desde las juntas directivas de estas organizaciones involucradas existe el deber legal de supervisión. Aún no tenemos explicaciones públicas claras de los ejecutivos de estas organizaciones y eso es parte de los procesos que adelanta la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC). Pero, teóricamente, la junta directiva está en la obligación de conocer sobre los riesgos que asume la compañía a la hora de decidir sobre acciones que pueden conllevar sanciones. Por eso una tarea prioritaria en estas empresas es evaluar muy bien cómo están funcionando los procesos de control interno. Habrá que ver cuál es la visión de la SIC en sus investigaciones frente al rol de las juntas directivas en estas decisiones o que podrían hacer los accionistas minoritarios para originar acciones frente a consecuencias de la gestión de los administradores”.

Frente a esas malas prácticas de gobierno corporativo sobre gastos reservados, cargar a la empresa gastos particulares, ¿cómo contrarrestarlas a tiempo?

“Desafortunadamente son prácticas que se asumen como normales en medio de la informalidad de la empresa familiar, y esto facilita que se confundan ingresos y egresos personales con los de la compañía. Mientras el empresario no entienda que una cosa es el patrimonio familiar y otro el de la empresa, ese tipo de situaciones se mantendrán. Obviamente, las normas de contabilidad impiden estas situaciones, pero nada cambiará, si el empresario no cambia su mentalidad”.

El gobierno corporativo surge por necesidad de alinear los intereses de los accionistas y los gerentes externos, ¿por dónde empezar?

“Son tres pasos: seleccione de manera adecuada, establezca metas claras y haga explícitas muchas prácticas, es decir, no se trata solo de tener códigos, sino de aplicarlos, para generar paradigmas en la gestión de la compañía. Ustedes tienen un caso emblemático en Empresas Públicas de Medellín (EPM), pues así sea una entidad del Municipio, hay unas responsabilidades muy definidas que los ciudadanos delegan en un alcalde o un gerente para hacer una gestión responsable de ese patrimonio común. Por eso la ciudadanía, concejales y mismos funcionarios de EPM ejercen fiscalización sobre quién gerencia”.

Para terminar, si un empresario leyó hasta aquí esta entrevista y se dio cuenta de que no está haciendo la tarea, ¿qué le sugiere?

“Primero, hay mucha información disponible en páginas de internet, como la del IFC (www.ifc.org) acerca de gobierno corporativo para comprender la real dimensión de este concepto y sus implicaciones prácticas; segundo, puede acudir a la Cámara de Comercio de Medellín para recibir un mejor acompañamiento por parte de especialistas; y tercero, no hay momento ideal para comenzar, debe ser ya: el gobierno corporativo debe implementarse en tiempos de bonanza o crisis, muchas veces por medir costos, se puede terminar perdiendo más”.

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