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Unas 1.300 familias del Nudo de Paramillo que en el pasado estuvieron vinculadas a la siembra de coca y otros cultivos ilícitos, consolidaron una alianza que desde la próxima semana los convertirá en exportadores de cacao a Europa.
Se trata de Chocolate Colombia, agrupación que reúne a ocho asociaciones campesinas del Bajo Cauca antioqueño y del Sur de Córdoba, que el próximo lunes embarcará y despachará desde el puerto de Cartagena 12,5 toneladas de cacao con destino a Valencia, España.
Germán Sánchez, vocero de Chocolate Colombia y de la Asociación de Cacaoteros de Valdivia (Asocaval), destaca que cinco meses después de haber iniciado la operación comercial se logre dar el salto exportador.
Asocaval, que aglutina a 100 familias productoras de la fruta en el municipio de Valdivia, aportó 3,5 toneladas. “Dizque el que tiene los grandes volúmenes es quien tiene el poder de negociación, pero nos dimos cuenta que es la organización la clave del éxito y, con la eliminación de intermediarios, estamos recibiendo mayores beneficios”.
Además de la primera exportación, Chocolate Colombia se está posicionando como una comercializadora fuerte de cacao y ha vendido 77 toneladas a Casa Luker y a la Nacional de Chocolates.
El secretario de Agricultura de Antioquia, Jairo Humberto Patiño, manifiesta que “en el Bajo Cauca pasamos la página de la violencia y con el apoyo al agro estamos escribiendo una nueva página. Procesos como este son ejemplo de cómo Antioquia se prepara para la paz”.
Apoyo a las comunidades
Desde el programa Colombia Responde, Éver Aleán, comenta que esta estrategia presidencial, que es financiada por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), apoya a las organizaciones comunitarias con capacitación, asistencia técnica, fortalecimiento comercial y administrativo.
“El proceso que lleva en ejecución aproximadamente un año implicó asesorar al campesino en cómo cuidar los cultivos, los tiempos de recolección, cómo beneficiar la fruta y el modo de transportarla”, añade.
Bajo esos parámetros y luego de las negociaciones adelantadas con la multinacional española Natra, los productores del Paramillo confían en aprovechar la posibilidad que se les presenta y poder posicionar su producto en el Viejo Continente.
“Tenemos algunos contactos para avanzar en cacaos especiales, estamos investigando para mejorar notas de sabor y aroma y abrirle las puertas al mercado diferenciado del cacao”, dice Sánchez.
Como carta de presentación, los cacaoteros del Nudo de Paramillo señalan que su producto obtuvo recientemente el tercer lugar en el premio Cacao de Oro, que se entregó en Bogotá.
El complemento a este desarrollo productivo del campo, iniciará en las próximas semanas con el programa de formación de jóvenes catadores de cacao.
El acompañamiento
El esfuerzo de estas comunidades ha tenido el acompañamiento de entidades oficiales como la Unidad Administrativa para la Consolidación Territorial (Uact), el Departamento y gremios del sector.
Eduard Baquero López, presidente Ejecutivo de Fedecacao, resalta que la iniciativa del Paramillo se está replicando en otras zonas del país en que campesinos estuvieron dedicados a los cultivos ilícitos.
“Hay que exaltar que se trata de personas que volvieron a la legalidad, están demostrando el arraigo por sus tierras y al conseguir un buen ingreso no se están desplazando a las grandes ciudades”, agrega Baquero.
Finalmente, este logro de Chocolate Colombia demuestra que la recuperación del tejido social, al articular el trabajo de la familia y las comunidades campesinas, puede constituirse en un modelo económico rentable y sostenible para las zonas agrícolas de todo el país.