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En 20 días comenzarán las negociaciones oficiales por el aumento del salario mínimo en Colombia para 2016 entre el Gobierno, sindicatos y empresarios. Lo que comenzó con hermetismo para hablar de proyecciones y propuestas de aumento hasta el 7 de diciembre se fue desdibujando con opiniones encontradas.
Sectores empresariales sugieren tener en cuenta solo la inflación causada en 2015, que se espera ronde el 5,57 por ciento, según la encuesta más reciente del Emisor. O la otra opción desde la orilla privada es subir máximo 6 por ciento.
La respuesta de los sindicatos ha sido inmediata y desde ya se la juegan por 12 por ciento, es decir el doble de lo que dicen los empleadores.
Vale recordar que a octubre, según el Dane, la tasa de inflación, en lo corrido del año es de 5,47 por ciento y anualizada de 5,89 por ciento. Esto centra la atención de autoridades económicas y trabajadores por ser el piso de negociación.
Julio Roberto Gómez, presidente de la Confederación General del Trabajo (CGT), insistió que la propuesta que realiza el empresariado no es suficiente.
“La propuesta nuestra que estaría sobre la mesa tiene por incremento al ingreso de los trabajadores entre 9 y 10 por ciento”, señaló al diario La República. A ello se suma la aspiración de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), que pide un ajuste
En contraste, Leonardo Villar, director de Fedesarrollo, planteó que el alza salarial debe, simplemente, recuperar lo perdido con la inflación de este año.
Eso quiere decir que también se la juega por un ajuste cercano a 6 por ciento, en concordancia con empresarios y la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif).
Por su parte, el decano de Economía de la Universidad Nacional, José Guillermo García Isaza, dijo que “el margen de negociación del salario mínimo debe basarse en el crecimiento del país. Este año se crecerá poco y eso hará difícil que las dos partes se puedan poner de acuerdo sobre ese incremento”.
Sin embargo, el Gobierno, representado por el ministro de Trabajo, Luis Eduardo Garzón, se debate entre no asfixiar el aparato productivo, pero tampoco deteriorar el ingreso del asalariado.
“Cuando el país tuvo crecimientos muy altos tampoco se registran aumentos importantes en los salarios. Entonces, uno cuestiona dónde quedó capturado el ingreso del crecimiento y, normalmente, es en el sector empresarial. No seria malo si se reflejara en mayores esfuerzos de inversión y mejorar indicadores del mercado laboral”, explicó el decano.
En todo caso, la junta directiva del Banco de la República del próximo 27 de noviembre pondrá punto de partida para la negociación salarial al revelar su meta de inflación para 2016.