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Tiempo de recogimiento, descanso o pausa laboral, la Semana Santa también se convierte en un periodo en que la relación con el dinero se modifica.
El puente festivo más largo del año se presta para gastar de más, darse mayores gustos que tienen su precio, bajar las reservas que con tanto esfuerzo ahorró, pasar más veces la tarjeta de crédito o desajustar el presupuesto personal o familiar en lo que resta del mes.
Por eso, de vuelta al trabajo y a las obligaciones financieras, llegó la hora de reflexionar y alistarse a retomar las riendas de su bolsillo. Esto empieza por reconocer esos pecados capitales contra sus finanzas personales, como los llama la firma Resuelve tu Deuda en un reporte que acaba de publicar. Veamos:
Comprar por placer, aun cuando no tiene con qué.
La excusa de los autopréstamos o decirse “gasto hoy y repongo el otro mes” son el punto de partida para alejarse del cumplimiento de sus metas financieras.
“Es mejor no caer en la tentación, pues todos los meses tenemos que cubrir los rubros del presupuesto y adicionar el monto que tomamos prestado puede resultar muy difícil”, señala el informe de la firma asesora en manejo de obligaciones financieras.
Así que la recomendación ahora es sentarse a mirar cuánto gastó de más en esta Semana Santa y evaluar cómo cubrirá faltantes y obligaciones. Debe priorizar los pagos con tarjetas de crédito, pues tienen más alta tasa de interés que otro tipo de préstamos formales.
Ahorrar, ¿para qué?
El primer paso del ahorro no es la promesa repetida de querer hacerlo. Por eso saque tiempo para ordenar sus finanzas, registrando por escrito, en una hoja o computador, cuáles son los ingresos reales que tiene, no basta con saber cuánto es su salario, sino lo que realmente le pagan, y también todos los gastos recurrentes, no solo los más importantes.
“Hacer una lista de sus ingresos y egresos ayudará a dar cuenta si hay algún rubro en el que esté destinando dinero de más y cuyo excedente pueda destinarse al ahorro”, precisa Resuelve tu Deuda.
“Comamos, gastemos y luego veremos”
Una encuesta realizada por esa firma arrojó que el 39 % de los consultados solo ahorra lo que le sobra de su ingreso mensual o quincenal, y en muchos casos antes se presenta un déficit y se apela al crédito.
Los entrenadores en finanzas personales coinciden que para preservar el ahorro lo ideal es asumirlo con una obligación, poniendo un porcentaje sobre los ingresos mensuales. Se recomienda empezar por un 10 % de lo que devenga.
“Deben plantearse objetivos claros que motiven a ahorrar e interiorizar que el dinero es un medio para cumplir sus objetivos”, añade el informe de Resuelve tu Deuda.
Si desde principio de mes se tienen claros los gastos pormenorizados frente a los ingresos, pues habrá más posibilidad de que se abstenga de compras que no son prioritarias o gastos adicionales como comer por fuera de la casa, así como destinar más dinero del presupuestado al entretenimiento.
“Todo lo que veo es mío y lo que no, también”
No se trata de ahorrar por ahorrar sin poner destinación específica y ser el tacaño del paseo. No disfrutar de forma racional del dinero también puede convertirse en un pecado y restar calidad de vida.
La planeación financiera personal pasa por identificar cómo se gasta de forma inteligente, al tiempo que se buscan productos financieros que generen mayores rentabilidades que tener la plata debajo del colchón.
Para ello en el mercado colombiano hay opciones como ahorros programados en seguros de largo plazo o en cuentas individuales de pensiones voluntarias, así como el tradicional Certificado de Depósito a Término (CDT), en que puede tener certeza de los rendimientos en el plazo elegido y según el monto definido.
“Es importante ahorrar a través de métodos formales o fondos de inversión que generen una rentabilidad al menos equivalente a la inflación, para evitar que el dinero pierda su valor adquisitivo”, añade Resuelve tu Deuda.
“Nunca tengo dinero para nada...”
Esa afirmación, que viene acompañada de enojo y frustración, expresa la falta de planeación del propio ingreso, mediante un presupuesto real, como ya se mencionó, y en tener siempre disponible más efectivo del requerido, sin haber atendido obligaciones principales.
Pero también esto plantea la necesidad de identificar y controlar los llamados gastos hormiga o invisibles, como los definen los expertos en finanzas personales, y que pasan desapercibidos en el día a día, y que al final del mes descuadran todo presupuesto.
En un artículo reciente de este diario, se explicó que no existe una cifra de gasto para decir que sí corresponda a un gasto hormiga o no. Lo que se debe hacer es contabilizar a cuánto asciende a la semana, al mes y al año esos actos inconscientes de pago en una gaseosa, un refrigerio o un taxi tomado por comodidad, cuando puede usar otro medio de transporte más económico.
Por ejemplo, Edmon, blog de finanzas personales, recomienda a los que les gusta tomar cerveza, llevar la cuenta del número de botellas o latas que se toman en una semana y al mes.
“Todos pueden, menos yo”.
Si a este punto se han logrado absolver todos los pecados anteriores, no tendría razón de ser de que no pueda destinar un porcentaje de su ingreso personal a gustos personales, al tener plena conciencia de sus ingresos y gastos.
“La distribución ideal que recomendamos es del 70-30, en donde el 70 % incluye vivienda, salud, educación y transporte, y el otro 30 % se destina a ahorro, entretenimiento o gustos personales y pago de deudas”, precisa el informe de Resuelve tu Deuda.
“Hoy por mí, mañana por mí”
Finalmente, un mal manejo del bolsillo puede desencadenar en tres reacciones muy humanas: sentir vergüenza, negar la realidad o sentir un miedo paralizante.
No enfrentar el problema, desconocerlo o abstenerse de buscar ayuda con terceros por aquello del “qué dirán” puede desencadenar en que se vuelvan inmanejables, colgarse en pagos y que su costo sea mucho mayor al actual.
Por ejemplo, si no tiene con qué pagar o no le alcanza, más que golpes de pecho, se debe buscar opciones como: hacer una lista de deudas organizadas por montos de intereses, plazos y valor de las cuotas mensuales; también se puede buscar una refinanciación, en caso de tarjetas de crédito o préstamos bancos y cooperativas.
Otra forma de apagar el incendio de sus finanzas personales es recurrir a préstamos con amigos o familiares, a una tasa de interés que sea baja o nula, teniendo claro que, si no cumple, puede perder una persona valiosa en su vida.
“Programe sus gastos para quedar libre de todo pecado. Si, por el contrario, se ha comprometido con sus finanzas, celébrelo, pues se ha salvado del pecado económico”, concluye Resuelve tu Deuda.