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Apaciguar los ánimos es lo que pretendió hacer ayer la primera ministra británica, Theresa May, quien le habló a la elite económica mundial en Davos (Suiza), diciendo que su país seguiría abierto a las empresas y a los negocios, dos días después de haber oficializado su divorcio con la Unión Europea (UE).
“Las empresas, grandes o pequeñas, constituyen la espina dorsal de nuestras economías. El Reino Unido es, y será siempre, un país abierto a los negocios, a las inversiones en empresas, infraestructuras y universidades. Abierto a los que quieren comprar nuestros bienes y nuestros servicios”, declaró May en la cita del Foro Económico Mundial (WEF), que concluye hoy.
La insistencia de la premier se enfocó en que su país no dará la espalda al bloque europeo, y con esto, darle tranquilidad a los inversionistas.
“No hay nada radicalmente diferente en este discurso. Su intención era claramente tranquilizar”, comentó a AFP Murray Rode, jefe del grupo estadounidense Tibco Software, cuyas oficinas europeas se encuentran en Londres.
Sin embargo, para evitar el riesgo de poder operar en la Unión Europea, varios bancos de primera línea cambiarán sus sede principal de Londres para llevarla a otras capitales europeas o asiáticas. Tal es el caso del Hsbc, que confirmó que unos mil empleados de banca de inversión en Londres, podrían ser trasladados a París (Francia).
Lo mismo pasaría con el banco JPMorgan, porque su presidente Jamie Dimon, habló de la mudanza de 4.000 puestos, según informó la agencia Bloomberg. A su turno, el banco Goldman Sachs, afirmó el periódico alemán Handelsblatt, que podría transferir 3.000 puestos hacia Europa o Nueva York.
“Los efectos del brexit son desconocidos, pero que haya una línea clara es bueno para todo el mundo”, dijo en Davos Jan van Nieuwenhuizen, del Consejo de Administración del banco holandés Rabobank.
También el alcalde de Londres, Sadiq Khan, advirtió que “los bancos dejarían la ciudad y podrían ir a Hong Kong, Singapur o Nueva York, así el brexit haría perder al Reino Unido, pero también a la UE”, dijo.
Se desconoce qué tipo de acuerdo comercial quiere negociar May con la UE, una vez el país salga del bloque. Ben Clift, profesor de Economía Política de la universidad de Warwick, dijo que May fue deliberadamente ambigua al proferir su amenaza, pero considera improbable que se refiriera a crear un paraíso fiscal.
“Creo que proponía competir con el resto de Europa, que tiene una tradición de impuestos altos, con impuestos de sociedades y de la renta bajos, para atraer capitales al Reino Unido, manera de compensar impactos”, aclaró Clift.