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En febrero la producción industrial no creció, en el primer bimestre la variación del sector
fue solo de 0,3 % y el resultado de 12 meses fue negativo en la misma proporción (0,3 %).
Aún no hay acuerdo entre los expertos en si la economía se está recuperando o hay evidencia de un estancamiento. El Índice de Producción Industrial (IPI), la nueva medición del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), muestra que si se compara el segundo mes del año con el mismo de 2017, la actividad industrial se mantuvo constante (ver ¿Cómo funciona?).
“La señal de estancamiento se da debido a que febrero fue un momento de poca producción agregada, baja demanda ante el escenario electoral y altos inventarios de bienes que vienen de finales del año 2017”, dijo Raúl Ávila, docente de la Universidad Nacional.
No obstante, el índice, que pretende dar cuenta en el corto plazo de cómo avanza la industria, en el primer bimestre evidencia un leve crecimiento de 0,3 % y el periodo comprendido entre marzo del año pasado y febrero de 2018 (12 meses) reseña un decrecimiento en la misma proporción.
Así, para Wilman Gómez, investigador del Grupo de Macroeconomía de la Universidad de Antioquia, la tendencia es claramente positiva, si se tiene en cuenta que en el bimestre se recuperó lo que en doce meses se tenía como una proporción negativa.
La producción industrial —entendida desde el sector manufacturero, minas y canteras, captación y distribución de agua y suministro de energía y gas— tiene en común que su lastre se encuentra en la explotación de minas y canteras que ha tenido en todos los periodos evaluados comportamientos negativos y es el que más contribuye a la variación.
Mientras en febrero sectores como la industria manufacturera, suministro de gas y electricidad y captación y tratamiento de agua crecieron (1,5 %, 0,8 %, 0, 2 %, respectivamente); este dinamismo no fue suficiente para contrarrestar el mal momento de la producción de minas y canteras que cayó 4,7 % y restó un punto porcentual al total.
Lo mismo sucedió en el año corrido, en el que la variación de este segmento que incluye extracción de petróleo y la actividad alrededor del carbón cayó 3 % y este comportamiento restó en la misma proporción a la actividad manufacturera que creció 1,2 % y el suministro de gas y electricidad así como la actividad al rededor del agua que incrementaron su producción en igual proporción: 1,4 %.
De acuerdo con Gómez, vale la pena destacar que el Banco de la República bajó tasas a 4,25 % y esta es una señal importante para la reactivación del consumo en lo que resta del año: “Cabe recordar que este es entre 60 % y 70 % de la demanda interna”.
La dependencia del sector energético también se evidencia del lado de la industria manufacturera debido a que el grupo comprendido en coquización, fabricación de productos de la refinación del petróleo y actividad de mezcla de combustibles, reseñó Alejadro Torres, profesor de Economía de Eafit, que logró aumentos de 4,7 %, 5,2 % y 4,9 %, en los tres periodos evaluados: febrero 2017 vs. febrero 2018, año corrido y 12 meses, respectivamente. “Y eso está asociado a Reficar (...) si eliminamos este efecto, los demás sectores muestran una recuperación muy débil y el total de la producción es negativa”.
Así, seguramente lo que seguirá marcando agenda por ahora será la incertidumbre frente al momento electoral “que implica aplazamiento de las inversiones (...) pero también el dinamismo que está volviendo a tener el precio del petróleo, que le puede dar un impulso a la demanda agregada”, concluyó Torres .