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El municipio de Concepción muestra que se puede vivir sin billetes
Hace un año solo el 4% del comercio de este pueblo transaba virtualmente, ahora el 88% de los negocios ofrecen a sus clientes esa posibilidad.
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Los pobladores de Concepción pasaron de realizar 108 transferencias electrónicas “persona a persona” (traslado de dinero para algún pago) cada mes, a 26.928. FOTO manuel saldarriaga
10 de julio de 2015
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El parque de Concepción volvió, luego de mucho tiempo, a tener toldos para el comercio en sus alrededores, como ocurría los domingos, día de mercado. Ese fue el recuerdo que llegó a la cabeza de don Juan Franco, uno de los pobladores más veteranos del pueblo, que ayer intentaba entender cómo era aquello de hacer compras sin billetes ni monedas.
Y es que la tierra del general José María Córdova se convirtió desde hace nueve meses en el laboratorio para demostrar que para pagar un tinto, un pasaje, una libra de arroz o un refresco lo único que se necesita en el bolsillo es un teléfono celular.
Desde el año pasado, el alcalde Gustavo López acogió una iniciativa del banco Davivienda para incentivar entre los 3.005 adultos de la localidad la utilización de las herramientas electrónicas como medio de pago y para desestimular el uso del efectivo.
Con el apoyo de la Banca de las Oportunidades y la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria), se inició un proyecto que, sin cumplir un año, ya mostró resultados positivos.
Mientras en enero de este año solo el 40 por ciento de los concepcioninos, unos 1.200, tenía un producto financiero tradicional (cuenta de ahorro, crédito o tarjeta), al cierre de junio, gracias a sistemas como el DaviPlata, el porcentaje llegó al 70,2 por ciento, un nivel similar al del promedio nacional.
También llama la atención que de solo dos establecimientos que ofrecían los medios de pago electrónicos, es decir el 3,7 por ciento del comercio, hoy están enganchados 48 negocios, lo que representa el 88 por ciento de las tiendas, almacenes y otros locales.
Con estas cifras, uno de los más entusiasmados es Simón Gaviria, director del Departamento Nacional de Planeación (DNP), quien aspira a que la reducción del uso del efectivo en Colombia sea sustancial en los próximos años.
“Esto es importante para avanzar más en la formalidad y los medios de pago electrónicos permiten que la vida de las personas sea más segura y que construyan una historia crediticia. Con el éxito de este piloto podríamos estar pensando en otros 30 municipios para ir creando una cultura de legalidad”.
Y, ¿los billetes?
Con curiosidad, a sus 78 años, Franco se acerca a los toldos para intentar ver por dónde pasan los “billetes virtuales” que posibilitan que una persona haga una compra.
Observa que el cliente digita algunos números en el teléfono celular, del otro lado de la mesas, en pocos instantes, se oye un pito. El comerciante mira, dice “listo” y entrega el producto.
Tanto el consumidor como el comprador tienen registrados sus números celulares en el sistema DaviPlata. De la carga (efectivo) que dispone el cliente, que le puede llegar vía giro o desde una cuenta, él puede trasladarle al comerciante el valor de la compra.
“Entonces, nadie se mira el bolsillo, ni para sacar ni para guardar la plata”, comenta Franco, quien asegura que le pedirá un celular a sus hijos para jubilar el carriel.
72%
de los adultos en Colombia tienen por lo menos un producto financiero.
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