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Las estadísticas de crecimiento de la economía son buenas o malas, según como se mire. Pero las publicadas discretamente por el Dane esta semana sobre el Producto Interno Bruto (PIB), desde el lado de la demanda, muestra que en 2014 hay un descenso trimestral paulatino, a septiembre, en variables definitivas para el crecimiento de la economía nacional.
Si bien el PIB acumula un crecimiento de 5 por ciento en los primeros nueves meses del año, como reveló el Dane el lunes de la semana pasada al publicar la variación del PIB (por el lado de la oferta), el consumo total del país se modera desde un 5,8 por ciento, obtenido entre enero y marzo pasados, hasta el 4,7 por ciento al cierre de septiembre. Eso es solo 0,2 por ciento por encima del alcanzado en el tercer trimestre de 2013.
Esto se explica por la desaceleración del consumo de los hogares, indicador que aporta cerca del 65 por ciento del PIB: cae desde una variación de 5,4 por ciento del primer trimestre, hasta el 4,5, con que cerró en el tercero. De igual manera, el consumo final del Gobierno, que contribuye con un 16 por ciento al PIB, retrocede de 8,1 a 5,4 por ciento en el mismo lapso.
“Estos indicadores muestran que el cuarto trimestre del año será de menor desempeño que los anteriores, pues ya se ve el freno fiscal a la inversión del Gobierno en temas como vivienda e infraestructura, y se aprecia que la variación de la demanda final interna cae 3 por ciento entre marzo y septiembre, de 9,6 a 6,6 por ciento”, llama la atención Ramón Javier Mesa Callejas, decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Antioquia.
Otra variable que ha aminorado su crecimiento durante 2014 es la inversión privada. Según las cifras del Dane, la formación bruta de capital pasó de incrementos de 18,5 por ciento en el primer trimestre, a un 14,3 por ciento, en el segundo, y cede hasta 12,3, en el tercero. En valores constantes, si la inversión totalizó 39,2 billones de pesos entre enero y marzo, se contrajo a 38,5 billones, entre julio y septiembre.
Hay que recordar que este factor aporta cerca de un 30 por ciento del PIB y marca el ritmo de adquisición de nuevos activos asociados al aparato productivo nacional. En las circunstancias actuales, con un consumo menos dinámico, la contracción de esta variable también evidencia la menor demanda externa de los bienes y servicios colombianos.
Y esto va en línea con unas importaciones que crecen entre enero y septiembre un 12,6 por ciento, frente a lo alcanzado en igual periodo de 2013. En contraste, las exportaciones han decrecido 0,8 por ciento, en el acumulado a septiembre.
“La brecha entre las exportaciones y las importaciones se está ampliando, y sacando las ventas externas petroleras, aún es mayor. Eso es preocupante porque el déficit en cuenta corriente sigue creciendo y eso puede traer bruscos ajustes cambiarios”, advierte Mesa