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Mañana se espera que la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) se pronuncie finalmente sobre si extiende en 2015 los cargos de accesos asimétricos que establecieron para introducir más competencia en el concentrado mercado de telefonía celular, vigentes solo hasta el próximo 31 de diciembre.
El esquema impone un precio mayor que debe pagar Claro, declarado operador dominante del mercado desde 2009, a sus competidores en el cargo de acceso por usar sus redes para terminar una llamada por fuera de la suya (off-net). Asimismo, a los demás operadores (Movistar, Tigo y otros) se les disminuyó en 40 por ciento el costo de las llamadas entrantes a la red de Comcel (hoy Claro).
Luego de múltiples recursos jurídicos de este operador para impedir la medida por considerar que atenta contra la libre competencia, comenzó a aplicarse realmente en enero de 2013. Solo año y medio después, hasta junio pasado, ya había logrado su cometido: inducir una reducción en tarifas a los usuarios, en todos los operadores, y comenzar a desconcentrar el mercado móvil, a semejanza de lo ocurrido en otros países.
Un estudio sobre el tema de la firma internacional Telecom Advisory Services indica que se redujo, en 18 meses, la participación de mercado (número de suscriptores) de Claro en 4 por ciento, mientras que bajó en 8 por ciento su participación en el tráfico total originado.
Con una rotación de clientes de 3,7 por ciento y una tasa de crecimiento menos al uno por ciento por trimestre, la firma proyecta que, “si estas cuotas de ganancia neta se mantienen constantes, Comcel (Claro) estará perdiendo cada año el uno por ciento de participación en el mercado de voz móvil”.
En ese sentido, otro estudio de Capital Advisory, liderado por el exministro Rudolf Hommes, concluye que si bien Claro bajó su participación, “continúa ejerciendo excesivo poder de mercado (...) y el tráfico dentro de sus redes (on-net) “sigue estando en niveles muy altos de 89,3 por ciento, favoreciendo el efecto club”.
Pero la medida también obligó a Tigo y Movistar, partidarios de la prórroga, a transferir a sus usuarios los ahorros en cargos de acceso, vía menores tarifas, con un descenso promedio del 10 por ciento, es decir, ahorros cercanos a los 150 mil millones de pesos, según explica el ahora exsenador Eugenio Prieto Soto.
De hecho, él junto a una veintena de parlamentarios solicitó a al director de la CRC, Juan Manuel Wilches y el ministerio de las TIC, Diego Molano Vega “prorrogar por varios años más los cargos asimétricos, pues aún no han generado todos los efectos positivos que puede lograr y su retiro apresurado puede hacer perder los avances obtenidos”.
Pero desde la orilla opuesta, el operador dominante también esgrime argumentos de procedimiento jurídico y “rechaza de plano cualquier objetivo de la CRC de extender la asimetría en los cargos de acceso”, como afirma en sus comentarios al proyecto de ajustes que propone la CRC, publicado en su web desde el 14 de noviembre pasado.
En un escueto comunicado, también afirma que “los cargos asimétricos solo son subsidios o transferencias de dinero entre competidores, principalmente hacia empresas con participación del Estado, sin ningún beneficio para el usuario”.
De igual forma echa mano del informe de recomendaciones para el sector de telecomunicaciones de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (Ocde), de abril pasado, para resaltar que “los cargos asimétricos distorsionan la competencia y deben eliminarse para permitir a los operadores competir libremente”.
También Claro cuestiona que la medida se aplique en beneficio de “operadores establecidos como Movistar y Tigo”, cuando la Ocde sugiere que solo sea para nuevos competidores que ingresen al mercado colombiano.