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Sin aún entregar un balance final del primer Plan de Impulso a la Productividad y el Empleo (Pipe I) anunciado en abril de 2013, el Gobierno lanzó una segunda versión de esta estrategia, el Pipe II, con la meta de que la economía colombiana tenga un crecimiento de mínimo 3,5 por ciento en 2015.
El anuncio de paquetes de medidas macro para estimular la demanda, así como otras micro de orden sectorial y empresarial se presenta cuando aún hay temas del Pipe I pendientes por cumplir a los industriales en temas logísticos, de trámites y costos para exportar, por ejemplo,.
Y si había la expectativa de varios gremios de que el Pipe II pondría su foco en revitalizar la industria nacional y varios sectores (ver recuadros), lo cierto es que se extienden algunas medidas del Pipe I.
De lo anunciado, los primeros beneficios directos serán para los constructores, tanto de vivienda, como los de obras civiles. También el impacto es inmediato en quienes piensen comprar casa nueva, como se verá más adelante.
El Pipe II contempla inversiones por 16,84 billones de pesos, tres veces más de lo que costó el Pipe I. Los recursos resultan de comprometer vigencias futuras del presupuesto nacional hasta 2019 para anticipar obras públicas. De ese monto global, 5,5 billones de pesos son de municipios y departamentos.
En cuanto a los aportes directos del Gobierno, otros 11,34 billones de pesos, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, aclaró que no cambia los planes de endeudamiento de la Nación, ni se sale de la llamada Regla Fiscal: “se trata de ordenar el gasto y tomar los recursos de los próximos cuatro años y comenzarlos a ejecutar desde ya” (ver Análisis).
En las cuentas del Gobierno generará 322.920 empleos, básicamente durante los próximos dos años, y una cifra similar a la prevista con el Pipe I. Así que el Pipe II se erige como otra estrategia contracíclica para hacer frente a la desaceleración de la economía que ya muestra señales inquietantes (ver gráficos). Las principales medidas se pueden resumir en cinco frentes:
Para quienes están pensando en comprar vivienda nueva no-VIS, es decir que cueste más de 86,98 millones de pesos (135 salarios mínimos) y menos de 200 millones, se repite la fórmula del Pipe I con el Frech, como se conoce el subsidio a la tasa de interés del crédito de vivienda.
En ese esquema se habilitaron 40 mil cupos para tener una cobertura que el Gobierno definirá entre el 2 y 3 por ciento. Habrá que esperar el decreto que especifique más condiciones.
También se abrieron 30 mil subsidios más en el programa “Mi Casa Ya”, que se direccionarán a vivienda nueva de interés social (VIS) en 25 ciudades donde el programa no ha tenido cobertura.
Cabe anotar que la iniciativa subsidia la cuota inicial y la tasa de interés del crédito que contraten con el banco que elija la familia que certifiquen ingresos entre dos y cuatro salarios mínimos (1.288.700 a 2.577.400 pesos).
Por último, el programa de vivienda gratuita rural del Ministerio de Agricultura construirá 14.300 soluciones, mejorará 10.600 casas campesinas y entregará durante el segundo semestre 35.000 viviendas, entre mejoradas y construidas con vigencias pasadas. La inversión del programa asciende a 1,1 billones de pesos.
En los próximos dos años se invertirán 4 billones de pesos en la ejecución de 55 proyectos en carreteras nacionales y departamentales, sumando recursos del gobierno central y contrapartidas territoriales con regalías.
En total se intervendrán (mejoramiento o construcción) 858 kilómetros, básicamente en culminar obras ya identificadas como la vía Medellín-Quibdó o la postergada doble calzada Loboguerrero-Buenaventura que tanto añoran los exportadores.
Los recursos que por falta de ejecución o rendimientos financieros se fueron quedando como saldos en el Fondo Nacional de Regalías, y que suman 4,3 billones de pesos, ahora serán usados para estimular la obra pública por parte de municipios y departamentos a las que corresponden.
A esa plata, se suman excedentes de aportes al Fondo Nacional de Pensiones de los Entes Territoriales (Fonpet) que ascienden a 1,2 billones de pesos.
La idea del Gobierno es que estos recursos compensen la caída en cerca de 30 por ciento de los ingresos por regalías, debido al declive en los precios del petróleo o minerales como oro y carbón. Además entrarían a complementar por una ruta expedita los aportes locales en proyectos nacionales.
Para poder implementar la jornada única de ocho horas con 8,12 millones de estudiantes de colegios públicos, faltan 51 mil aulas en el país. Pues el Pipe II se propone construir 31 mil hasta 2019 bajo la modalidad de “Colegio 10”, modelo estandarizado que estará en 1.500 infraestructuras educativas nuevas que generen 167 mil empleos.
Para financiar los cerca de 5 billones de pesos que valen, el Gobierno pone 2 billones, 1,57 billones más son de regalías, un billón adicional será vía APP (alianzas público-privadas) de iniciativa particular y los entes territoriales aportan cerca de medio billón.
En la parte final de la dilatada presentación del Pipe II, se enunciaron diferentes medidas que, en buena parte, el empresariado pedía de tiempo atrás.
Por ejemplo, se prorroga por dos años más la exención de cero arancel para todas las materias primas y bienes de capital que no se producen en Colombia. La medida que se tomó desde el Pipe I vencía en agosto próximo. Según el Gobierno significará beneficios para la industria por 1,4 billones de pesos y que deja de recibir la Dian.
Bancóldex abrirá una línea de créditos blandos por 900 mil millones para promover las exportaciones, y una adicional para el sector turismo. Además INNpulsa tendrá 69 mil millones de pesos para invertir a fondo perdido como capital semilla en emprendimientos con innovación.
Por último, a partir del próximo 2 de junio la Dian dejará de hacer aprehensiones de mercancías por faltas mínimas o errores de trámite, en los que puedan incurrir las empresas, y concentrará acciones contra las redes criminales organizadas de contrabando.