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Frente a la polémica de que los costos de los insumos son los principales culpables de tener una estructura poco competitiva para el agro en el país, gremios como la Andi y la SAC contradicen la intervención del Gobierno en el esquema de precios y proponen una asistencia técnica eficiente que le enseñe a los productores a optimizar los insumos e implementar mejores prácticas productivas.
Así lo explica María Helena Latorre Castañeda, directora ejecutiva de la Cámara Procultivos de la Andi, quien afirma que los procesos innovadores son los que permiten paliar los costos de los insumos y no depender de la intervención del Gobierno.
“Con andragogía (actividades y dramatizados con los agricultores) los confrontamos para mostrarles lo que venían haciendo mal. Es una manera lúdica de hacer procesos pedagógicos para implementar mejores prácticas”, asegura la dirigente gremial.
Esta postura surge tras la entrada en vigencia a comienzos de este mes, del descenso del 9,09 por ciento en el precio mayorista de la úrea, decretado por el ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri Valencia, tras el acuerdo con uno de los principales proveedores de fertilizantes del país.
El costo de la tonelada del fertilizante bajó de 880.000 pesos a 800.000 pesos, por lo que el ministro indicó que “esta reducción de precio, al mayorista en puerto debe beneficiar aguas abajo a todos los eslabones de la cadena”.
Se estima que 5,3 millones de hectáreas en el país se dedican a la agricultura y otras 39,9 millones a la ganadería y actividades silvopastoriles. En ellas se utilizan millones de toneladas de agroquímicos: fertilizantes, herbicidas, insecticidas y fungicidas, cuyos precios internacionales tienen con los pelos de punta a los productores nacionales. Incluso, algunos piden la ayuda del Gobierno para no sucumbir.
En el caso de los plaguicidas, se importa el ingrediente activo y después se producen en el país. Tienen vigilancia de precios y logran exportarse también. Ese mercado está atomizado, lo que redujo los precios. Pero en el tema de fertilizantes, se necesita importar úrea, potasio y fósforo para producirlos. Las empresas que hacen los compuestos están vigiladas y los precios que usan en Colombia son internacionales (ver gráfico).
Además del mejoramiento en los procesos, se deben superar otros cuellos de botella como el pago justo por las cosechas y no lo que le plazca al comprador: “si se empieza a dedicar más tiempo al agricultor y logra vender adecuadamente lo que produce con un precio justo, pasan los costos a un segundo plano”, agregó la dirigente.
Contrario a lo que afirman los productores, de que los fertilizantes son lo que más pesa en la estructura de costos, la Andi señala lo contrario. Se estima que los fertilizantes pesan entre 8 y 28 por ciento en los costos de producción final y los plaguicidas entre un 5 y 12 por ciento, todo varía o cambia por cultivo y región.
Fernando Rojas, ingeniero de la Federación de Cacaoteros de Colombia, afirmó que el impacto que tienen los precios de los insumos agrícolas depende del tipo de cultivo. En el caso del cacao es mínimo, porque no necesita tantos insumos, “la gran mayoría de cacaoteros no fertilizan, reutilizan los residuos orgánicos para usarlos de abono, pero hay otros cultivos más complejos como la papa, la cual tiene gran variedad de enfermedades y requiere un proceso sanitario más riguroso”.
Por su parte, Rafael Mejía, presidente de la SAC, manifestó una curiosidad: el precio del petróleo baja, pero la úrea que es derivado del crudo, no baja. Además el dólar que va con tendencia a 2.200 pesos también golpea la estructura de costos agrícolas. Mejía concluye: “además de asistencia técnica y el fomento de mejores prácticas hay que eliminar la cadena de intermediarios y buscar mayor acceso al crédito”.