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Arrancó el segundo semestre del año y Gobierno, mercados y analistas vuelven a revisar los principales indicadores macroeconómicos para intentar determinar cómo será el desempeño de los negocios, qué o quién podría jalonar esa dinámica y cuál será la variación al final de este 2015.
La tarea no es fácil. El menor ritmo de la economía mundial y en especial de los países desarrollados y la coyuntura del mercado petrolero, hacen que Colombia deba ajustarse a esas dos condiciones externas, que afectan directamente a buena parte de sus cuentas y de paso las estimaciones de crecimiento de su Producto Interno Bruto (PIB).
El Gobierno, por ejemplo, que en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (Mfmp) del 2014 proyectaba un crecimiento del PIB para este año del 4,8 por ciento debió corregir su estimación y en el más reciente Mfmp lo bajó a 3,6 por ciento.
La cifra de desempeño económico del primer trimestre del año (2,8 por ciento) marcó para los analistas de Alianza Valores el comienzo de la desaceleración. “Dada la meta de crecimiento del Gobierno para 2015 de 3,6 por ciento, y el dato registrado en el primer trimestre, el resto del año la economía tendría que crecer cerca del 4 por ciento, lo que resulta poco creíble frente al clima tormentoso que cubre la economía actual, y al ciclo en el que nos encontramos, distinto al rebote que se imagina el Gobierno que está por pasar”.
No obstante, el director del Departamento Nacional de Planeación (DNP), Simón Gaviria Muñoz, destacó que ese índice superó el promedio del crecimiento de la economía mundial (2,2 por ciento) y también estuvo por encima de países como Chile con un estimado de 2,1 por ciento, Perú (1,7 por ciento), México (2,5 por ciento) y Brasil, que se encuentra en recesión técnica con un 1,1 por ciento negativo.
El funcionario estableció un rango de crecimiento entre 3,0 y 3,7 por ciento para este año y sostuvo que herramientas como el Plan de Impulso a la Productividad y el Empleo (Pipe 2.0) dinamizará la economía y generará más de 300.000 empleos.
Por su parte, el equipo técnico del Banco de la República estimó que el crecimiento económico en el segundo semestre superará al del primero y en todo 2015 estará entre el 2,0 y el 4,0 por ciento, con 3,2 por ciento como pronóstico central.
El Emisor espera que para lo que resta del año la fortaleza del mercado laboral, la solidez del sistema financiero y la dinámica del crédito contribuyan a moderar la desaceleración prevista del consumo.
Asimismo, que la inversión en obras civiles y la construcción continúen dinámicas. También, que la devaluación real del peso vaya teniendo un impacto positivo sobre el comportamiento de los sectores que exportan y los que compiten con importaciones.
Un dato a favor de las positivas proyecciones de crecimiento del Gobierno y el Banco de la República lo entregó el pasado viernes el equipo de Investigaciones Económicas de Bancolombia: el Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE) que reflejó una aceleración de la actividad económica en el inicio del segundo trimestre de este año.
De acuerdo con el Dane, el ISE en abril registró una variación anual de 3,0 por ciento., un valor superior al observado un mes antes. “Las cifras del ISE sugieren que a partir de abril la economía podría experimentar un cambio de tendencia de desaceleración hacia aceleración, en línea con nuestras proyecciones”, indicaron los experto de Bancolombia.
La más reciente edición del Barómetro de Empresas realizado por Deloitte, reveló que más de la mitad de los empresarios colombianos encuestados, 52,1 por ciento, percibe la situación económica del país peor que hace un año, en tanto que un 36,6 por ciento opina que no ha habido cambios con respecto al año anterior.
En cuanto al clima de inversiones en el país, un 70,4 por ciento de los empresarios consultados dijo que empeoró. El 21,1 por ciento indicó que permaneció sin cambios y sólo el 8,5 por ciento señaló una mejoría.
La encuesta se aplicó entre abril y mayo pasados, a 71 altos ejecutivos de empresas colombianas de los sectores de manufactura, tecnología, medios y telecomunicaciones, energía y recursos naturales, consumo masivo, laboratorios y empresas de salud, servicios financieros, logística, puertos y embarque, sector público y agronegocios.
En lo que tiene que ver con el futuro inmediato, también se observaron resultados menos positivos que el año pasado. El porcentaje de quienes estiman una desmejora en la situación económica en los próximos doce meses subió hasta 52,2 por ciento, lo que representó un aumento de más de veinte puntos porcentuales desde el 27,8 por ciento, obtenido en la edición anterior.
Las apreciaciones de Deloitte están en línea con los resultados de la Encuesta de Opinión Empresarial (EOE), del Centro de Investigación Económica y Social (Fedesarrollo), que en mayo mostró que el Índice de Confianza Industrial (ICI) se ubicó en 0,9 por ciento, lo que representó una caída de 2,0 puntos porcentuales frente al mismo mes de 2014.
Según el sondeo de Fedesarrollo la reducción del ICI se debió el deterioro de sus tres componentes: el volumen actual de pedidos (-20,7 por ciento), el nivel de existencias (5,0 por ciento) y las expectativas de producción para los próximos tres meses (28,3 por ciento).
La percepción de los industriales acerca de las condiciones económicas y socio-políticas para invertir en el sector también disminuyeron con respecto al trimestre anterior y con relación al mismo periodo de 2014.