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Mejorar la calidad del aire, los vertimientos de residuos y la logística operacional de las empresas son los principales objetivos para avanzar en el modelo económico circular en el Valle de Aburrá, la subregión de Antioquia con mayor operación manufacturera.
Así lo dijo ayer el vicepresidente de la Cámara de Comercio de Aburrá Sur, José Alejandro Tamayo, durante el encuentro académico y la rueda de negocios organizados por la misión de unos 60 expertos y empresas europeas (que suman el Producto Interno Bruto de Finlandia), en Medellín.
Por ejemplo, el 53,4 % de la masa de las partículas de aire o material respirable del Aburrá es cancerígeno, por estar formada por carbón, semejante al hollín, según estudios del Grupo de Higiene y Gestión Ambiental (Ghygam).
Esos temas pueden mejorarse con una reconversión tecnológica de vehículos de transporte público y más plantas para tratar aguas residuales, sugirió Tamayo.
¿Qué es la economía circular?
“La economía circular busca maximizar el uso de recursos y minimizar los residuos, y que estos, a su vez sean la materia prima de otra compañía”, precisó el líder de la misión de 14 países de la Unión Europea.
De otro lado, durante los últimos siete años se han creado 250 mil empresas en Antioquia, que en un 80 % corresponden a microempresas. Sin embargo, el 60 % de estas fracasan en los primeros cinco años de haberse creado: “Por no tener conocimientos, por temas financieros, capacitación o porque no tienen el producto ideal para la región”, comentó el secretario de Productividad y Competitividad de la Gobernación de Antioquia, Federico Guerra Hoyos.
Ante ese panorama, añadió, desde la Dirección de Asuntos Internacionales de esa secretaría direccionarán la inversión, incluyendo la que llegue para proyectos de economía circular.
Pero los esfuerzos no se concentran en la producción, el directivo de la Unión Europea recomienda ayudar a los consumidores a elegir productos más sostenibles, así como promover que las autoridades públicas elijan servicios y productos más sostenibles.
“Incentivar procesos de producción sostenibles puede suponer un ahorro para los hogares de 490 euros en las facturas de energía al año. Estos consumos se equiparan al consumo anual de Suecia de aquí a 2030”, indicó Calleja.
La posibilidad aprovechar los residuos se ha vuelto una realidad, teniendo como meta la economía circular. Un ejemplo de esto son los seis programas de posconsumo del Grupo Retorna, con la participación de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi).
Pilas con el Ambiente, es un ejemplo en el que participan 59 empresas afiliadas, ha gestionado 1.186 toneladas de residuos entre 2011 y lo corrido de este año a junio, y cuenta con una planta de aprovechamiento y valorización. Y, otra muestra es lo que viene sucediendo con EcoCómputo, que ha gestionado 9.157 toneladas y hay cinco plantas de aprovechamiento y valorización