viernes
7 y 9
7 y 9
La constructora antioqueña Arquitectos e Ingenieros Asociados (AIA), que en los años 50 impulsó el crecimiento y desarrollo de Medellín, atraviesa hoy una compleja situación financiera que la llevó a iniciar un proceso de reorganización de pasivos.
Según el presidente de la compañía, Andrés Bejarano Palacios, la desaceleración económica observada este año en el país provocó que muchos de sus clientes cancelaran o aplazaran la ejecución de proyectos.
“Entre el segundo semestre de 2016 y los primeros seis meses de este año, ese tipo de decisiones nos causó una baja muy fuerte en los ingresos, cosa que nos llevó a adoptar una medida responsable para la supervivencia y la recuperación económica de la compañía, como la reorganización empresarial establecida en la Ley 1116 de 2006”, expresó el empresario en diálogo con EL COLOMBIANO (ver Claves).
Entre las cancelaciones de obra, Bejarano enumeró siete proyectos hoteleros, hospitalarios y de oficinas en Medellín y Bogotá, aunque evitó entregar detalles de la ubicación de esas iniciativas y sus promotores.
También mencionó el aplazamiento de otros cinco desarrollos en ambas ciudades. Además, el freno en los cierres financieros en los proyectos viales de cuarta generación (4G) ha reducido las oportunidades que como contratista de los concesionarios esperaba obtener AIA.
“No tenemos participación directa en esos contratos, pero somos constructores de túneles, puentes y muchas de las estructuras que componen las 4G, pero el ritmo de las licitaciones para ese tipo de obras ha sido más lento de lo esperado”, añadió.
No obstante, AIA tiene en este momento quince proyectos en ejecución, entre ellos la Terminal de Carga que hace parte de la ampliación del aeropuerto José María Córdova de Rionegro; varios puentes en la concesión Túnel de Oriente y recientemente terminó la construcción del hotel Marriot en Medellín.
Pero, ¿cómo es posible que con un portafolio tan amplio, la empresa tenga que acudir a la reestructuración? El presidente de AIA insistió en que todo fue fruto de la coyuntura. “Lo que más hacemos es construcción para terceros y el freno de la economía paró y postergó muchos proyectos”.
Con 68 años de experiencia, AIA es una de las constructoras de mayor tradición en el país por su capacidad de ejecución de todo tipo de proyectos de obras civiles (hidroeléctricas, plantas de tratamiento de agua) o edificaciones (urbanizaciones, hospitales, hoteles).
Con una nómina de 550 empleados, Bejarano dijo que será necesario que la empresa sea mucho más eficiente. “Ya hemos hecho esfuerzos por reducir los gastos fijos, los empleados están informados de la situación y gran parte de las disminuciones en personal ya se ejecutaron”.
También resaltó el respaldo de clientes, acreedores y proveedores quienes, según expresó, han sido comprensivos con la situación de AIA. “Lo que sigue es concretar el acuerdo de pago y operar bajo los lineamientos de la Ley 1116, lo que generará un alivio en la caja y nos posibilitará seguir trabajando”.
El año pasado, la empresa que fue responsable del diseño y construcción del emblemático edificio Coltejer de la capital antioqueña, reportó ingresos por 202.534 millones de pesos cifra menor a los 308.498 millones logrados en 2015. Las ganancias acumuladas en 2016 sumaron 8.796 millones de pesos, mayores a los 5.245 millones de 2015.
Por el momento, AIA tiene en revisión sus resultados financieros al tercer trimestre del año, pero Bejarano admitió que el ejercicio al cierre de 2017 será negativo y no cumplirá el presupuesto.
En los registros de la Superintendencia de Sociedades, AIA es la compañía 244 que este año inicia un proceso de reestructuración con el propósito de conservarse como una unidad productiva y como fuente generadora de empleo para un sector clave de la economía como la construcción.