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A Jesús Hernando Echeverri Montoya, gerente fundador de Macrollantas, le puede más la conciencia ambiental que los costos que le puede acarrear en fletes y recogidas. Ahora anima a otros “colegas” del sector que también venden llantas para que se le sumen a su ecoplán.
El negocio que comenzó en 1997 en un local contiguo al entonces nuevo hipermercado Makro, de ahí el nombre, dos décadas después y con siete sedes, recicla 283 toneladas anuales, la mayoría en llantas. Se suman aceites, baterías, vidrio y chatarra que, en todo caso, no van a parar a un relleno sanitario.
Además del aporte a la sostenibilidad, los 90 trabajadores de la compañía también ganan: “los residuos y materiales vendidos sumaron 80 millones de pesos en el último año, y eso lo repartimos entre todos, porque todos ayudaron, es como el fondo de empleados”, cuenta con naturalidad el empresario de 52 años.
Las llantas usadas que dejan los clientes son procesadas por la empresa Sistema Verde, especializada en posconsumo de residuos, para luego ser empleadas como combustible alternativo en los hornos de la planta de Rioclaro (Oriente antioqueño) de Cementos Argos.
De hecho, Macrollantas es accionista fundador de Sistema Verde, emprendimiento que desde sus inicios contó con el apoyo de Fenalco Solidario, corporación de iniciativas de responsabilidad social del gremio de comerciantes, al que está vinculado Echeverri hace 20 años.
“Con Fenalco he aprendido mucho de responsabilidad social y ambiental, por eso buscamos que Macrollantas llegue a ser una empresa de residuo cero”, agregó el empresario (ver Opinión).
En el frente social, por ejemplo, 17 de sus empleados se han graduado de bachilleres, técnicos, tecnólogos, profesionales y hasta de maestría, siendo más aplicadas las mujeres, pues la meta es tener siempre “producto interno inteligente”, como llama el empresario al talento humano que atiende 250 servicios al día, en Medellín, Envigado y Rionegro.
Pero la sostenibilidad también depende de los resultados financieros y pasar de vender 200 llantas al mes en 1997 a más de 3 mil en la actualidad, no es suficiente. Si en un principio el 90 % de los ingresos de la empresa eran por la venta de referencias de una sola fábrica, hoy esa proporción bajó al 50 %: ofrece una veintena de marcas más y la rentabilidad se alimenta de otros servicios de mantenimiento.
A eso suma que Echeverri se unió desde hace año y medio con cuatro competidores, que él llama “colegas”, y las cinco empresas se unieron desde hace año y medio para comprar a mayor escala a los grandes distribuidores y tener margen de negociación por volúmenes.
Por último, con 85 mil clientes codificados en 20 años de operaciones, ahora Macrollantas proyecta ampliarse con puntos de servicio en el norte del Valle de Aburrá, Apartadó, Caucasia y Bogotá.