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“Vamos a ponerle cara y ropa a las cifras”: director del Dane

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23 de septiembre de 2018
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Durante el primer mes de gestión al frente de la dirección del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), Juan Daniel Oviedo ya ha tenido que lidiar con varios “chicharrones”, como él mismo lo dice, debido a algunas inconsistencias que se han evidenciado en los actuales procesos que adelanta la entidad.

Los retrasos en la entrega de los resultados del censo poblacional y las inconsistencias en las cifras del Producto Interno Bruto (PIB) Departamental, que denunció en la última semana, son algunos de los principales problemas que tendrá que entrar a resolver para devolver la credibilidad de la entidad.

Oviedo señaló que hasta ahora los resultados del censo poblacional arrojan que no somos 50 millones de colombianos, como se venía hablando, sino que vamos a estar entre los 48 y 49 millones de nacionales, con una población que viene envejeciendo, lo que representa una carga en términos pensionales y en el mercado laboral.

¿Cómo encontró la entidad?

“Recibí un DANE con un recurso humano muy valioso, pero desaprovechado a falta de un trabajo articulado. La entidad no ha tenido el nivel de modernización tecnológica que deben tener las oficinas estadísticas de talla mundial como lo es está, pese a su reconocimiento internacional. Estamos bastantes rezagados y en parte es por los ‘chicharrones’ del censo, porque se enfocó en una sola cuestión dejando vulnerables otros procesos, perdiendo calidad en el recurso estadístico”.

¿Recuperar esa calidad es prioridad para usted?

“Claro, es la primera prioridad, porque sin rigor estadístico no somos nada. Es decir, que estemos en capacidad de garantizarle al país, a los ciudadanos, a las empresas y al Gobierno que la información que estamos produciendo tuvo unos filtros de calidad internos y externos para que puedan utilizarla en la toma de mejores decisiones.

Como segundo foco está el que parecemos una hoja de Excel con 3000 columnas, una cantidad de datos que la gente no está entendiendo, por lo que tampoco saben la utilidad de esta información. Ahí radica el cómo generar un cambio para que los datos se vuelvan información útil y accesible por todos. Nuestra meta es que las amas de casa consulten el DANE para optimizar sus decisiones a la hora de hacer mercado y ahorrar, cosas que impacten en lo real, en el día a día”.

¿Esa falta de cercanía de los datos se debe a la anterior administración?

“Solo hay dos formas de dirigir esto: como oficina estadística que forma parte del Gobierno, pero reflejando su independencia con rebeldía y solo dedicándose a producir datos sin escuchar a nadie, pasándolos por debajo de la puerta para que los otros tomen decisiones; o podemos tener una figura mucho más asertiva de la independencia, que es con profesionalismo y rigor, poniéndole ‘cara y ropa’ a los datos. Es entender que casi todos nuestros datos usan carro, Transmilenio, algunos viven en un barrio lejano, otros cerca, y ver cómo las cifras van a poder tener un contexto para dar utilidad a la gente”.

Y los retos...

“El primero es recuperar la confianza a través del rigor estadístico. El segundo, lograr que pasemos de producir datos a generar información accesible, relevante para todas las dimensiones a través de las cuales se mueve el país y eso requiere mucha tecnología, porque debemos implementar nuevas formas de capturar la información. El tercero es cómo lograr que el DANE pueda producir información útil para el territorio, tenemos que conocer qué está pasando en todos los rincones del país, desarrollando nuevas operaciones estadísticas que reconozcan la existencia de los cambios en la realidad”.

Entrevista sobre el Censo 2018 al director del Dane, Juan Daniel Oviedo

Cada vez más viejos

Esa realidad está siendo tomada por el censo. ¿Cómo va el proceso?

“Va en aprendizaje y en desarrollar diversos objetivos. En mi formación de economista he sido usuario estadístico durante toda mi vida, pero no generador de esto y llegó el momento de serlo. Eso me da el criterio para decir que hay un conjunto de temas y decisiones tomadas por el DANE en los momentos que no fueron los correctos, simplemente por el afán. Esto fue desarrollado a la carrera, no planeado de afán, sino ejecutado de esa manera.

Una explicación macro de esto es la crisis de los precios del petróleo, ya que se obligó a hacer un censo, lo lógico es que se hubiera realizado en 2015 o 2016, pero fueron los años más graves de la situación fiscal del país. Entonces sacar una partida presupuestal de 350.000 millones de pesos para hacer un censo era demasiado costoso para el Gobierno anterior, llegando la asignación de los recursos casi al final de la administración. Por el ciclo político el Gobierno anterior no podía dejar al país sin el censo, por lo que de afán se buscaron los mecanismos acelerados típicos de la Función Pública y Fonade”.

¿Qué consecuencias tiene ese ‘afán’?

“Los retrasos que vemos ahora. Se contrataron y tercerizaron los servicios de transporte, y en ese afán entramos en un ciclo político muy adverso del fin de un gobierno que había perdido mucha legitimidad en diferentes instancias sociales, que afectaron la efectividad de la operación censal cometiéndose errores, perdiendo la concientización y la sensibilización para el censo electrónico”.

¿Eso quiere decir que no se implementó de forma correcta el censo electrónico?

“No, lastimosamente la gente se confundió y el DANE en su retraso tecnológico se equivocó y quiso pensar que era una entidad moderna, cuando no es así. La plataforma fue errónea, porque no daba confianza en el registro de la información y estaba al alcance de cualquier malintencionado. Se desaprovechó esa gran oportunidad tecnológica, lo que afectó su implementación”.

La entrega de los resultados se viene aplazando desde el 31 de julio. ¿Para cuándo estarán?

“Ellos tenían su cronograma de que el censo se iba a acabar el 31 de julio. Sin embargo, tuvieron que aplazarlo sin saber cuándo terminaría y para esas fechas yo estaba en proceso de empalme.

En ese momento me dijeron que faltaba casi 25.000 millones de pesos, porque se gastó más plata repasando el barrido en la ribera del Cauca, Catatumbo e Hidroituango, así como la inversión en las preguntas para las personas en situación de discapacidad. Entonces, uno que entra nuevo de dónde va a sacar toda esa plata si ya había un presupuesto planeado. Nosotros debimos llegar a replantear toda la situación que estaba en desorden y poner una fecha para entregarle al país unas cifras consolidadas”.

¿De dónde salió entonces la plata para cubrir ese déficit en recursos?

“El hueco de los 25.000 millones fue cubierto por un lado con 11.000 millones de una inyección presupuestal extraordinaria del Ministerio de Hacienda. Así como 6833 millones dejaron de estar congelados por la austeridad fiscal por las medidas del anterior gobierno y 7167 millones que estaban en la entidad como colchón, para así poder terminar la operación”.

¿Qué fecha será la entrega de resultados?

Esperamos dar a conocer algunos resultados en los próximos días, pese a que aún no hemos terminado con algunas regiones, particularmente, por problemas en ciudades capitales como Cali, Bogotá y Medellín. No serán los resultados al 100 %, pero sí más del 80 % haciendo esto fiable para los colombianos.

¿Por qué Cali tiene estas dificultades?

Si bien Cali tenía que empezar tarde por su productividad, no esperábamos que hubiera errores en su licitación con el operador. Eso nos llevó a reformar la logística que se tenía prevista, generando un gran retraso y dificultades que también minaron la confianza de la ciudadanía.

¿Qué características han empezado a mostrar las variables del Censo?

“En temas generales no vamos a ser 50 millones de personas, vamos a estar entre 1,3 y 1,5 millones por debajo. Es decir, vamos a estar entre 48 y 49 millones de personas. También encontramos una población que envejeció duplicándose y eso va a tener una carga solidaria en términos pensionales y en el mercado laboral. Esos números los estamos distribuyendo con los ministerios de Salud, Hacienda y con el Departamento Nacional de Planeación, para lograr que ellos tengan esos referentes a la hora de articularse”.

¿Estas cifras serán fichas para la discusión del Plan Nacional de Desarrollo?

“Estamos trabajando con la directora de Planeación Nacional, Gloria Alonso, y también con el equipo redactor del plan, para que esta información esté en la base del PND. Por eso es mi afán, yo no busco venir a decir que pude acabar el censo y los otros no, mi afán es una responsabilidad con el país y el Plan Nacional de Desarrollo que definirá políticas urgentes”.

¿Cada cuánto se está pensando actualizar esa información poblacional?

“Nuestro compromiso es que podamos tener actualizaciones de proyecciones demográficas cada tres o cuatro años, utilizando lo que está de moda en las oficinas estadísticas y es ver si efectivamente necesitamos preguntarle a la gente las cosas y saber si otras bases de datos, otros registros, nos están dando en la información sin tener descaches”.

Entrevista sobre el Censo 2018 al director del Dane, Juan Daniel Oviedo

Un bache en el camino

Hace unos días explicó un error de cálculo en el Producto Interno Bruto (PIB) departamental. ¿Qué consecuencias tiene esto?

“Uno de los errores, que me comprometo a que no vuelve a pasar, fue este. Todo se resume al afán de cumplir, sacando un dato que no tuvo la suficiente crítica interna y externa, sobre todo una cifra tan sensible como el PIB departamental”.

¿Qué departamentos y sectores económicos son los más afectados?

“Santander, que tuvo una caída de casi 20 billones; Bolívar, que tuvo una pérdida de 8 billones; y no digamos beneficiados sino también afectados por una exageración es Guanía, que triplicó su PIB de 300.000 millones de pesos a 900.000 millones; Amazonas que lo duplicó y cuando vamos a clasificaciones de PIB per cápita, encontramos que Córdoba, que estaba en la posición 21, pasó a estar en la cola del ranking departamental”.

¿Qué consecuencias tiene en cuanto a Cartera presupuestal, perspectiva, proyección?

“La única consecuencia que hubiera podido tener es un error en la clasificación de los municipios, pero no las hay y ya confirmamos con el DNP y Hacienda”.

Entre 2005 y 2015 se adelantó el censo agropecuario. ¿qué incidencia tiene este error en él?

“Tiene una incidencia en que los datos de distribución de ese PIB agropecuario en todos los platos están mal cortados. El censo agropecuario no me puede venir a decir que Guainía pasó de tener un PIB agropecuario que era el 5 % de su economía a ser el 41 %, entonces esa información nueva iba a afectar la dinámica de la distribución de la torta, pero hay unas observaciones extremas que nos dicen que esa afectación no fue llevada con unos análisis de consistencia interregional”.

¿Podría volverse a repetir el censo agropecuario?

“No es tanto que pueda volverse a repetir, yo creo que como responsabilidad del DANE tenemos que darle una simplicidad a esa información. Es decir, tenemos que definir cuáles son las cifras. En estos momentos se hizo el censo 2013-2014, pero no quedó un planteamiento de si se hacia cada cinco años, diez años. Un referente puede ser la periodicidad de los censos económicos en México, que son cada cinco años y pueden darse en Colombia, no obstante, estamos ponderando eso con el equipo interno y con el Ministerio de Agricultura para lograr dar una información continua, trimestral y anual”.

¿Cómo será el censo económico?

“El censo económico se define en ir a todos y cada uno de los establecimientos comerciales que estén pegados al piso, sin importar su naturaleza, con una confianza y una campaña de sensibilización de que queremos es ir a preguntar no auditar ni inspeccionar qué o cómo hacen sus inversiones. Entonces un censo como este es muy incluyente, porque lo que nos va a permitir es quitarnos esa visión estigmatizante de lo que es informal o formal”.

¿Cuándo se empezaría a implementar?

“Nosotros estuvimos en México y allí nos dieron la posibilidad de ser observadores del censo económico que ellos van a hacer el otro año. Entonces siendo observadores vamos a planear y estamos cruzando los dedos para que en el plan de desarrollo quede el aval a ese censo económico y realizarlo en 2020 o 2021, en mitad del ciclo político, no vamos a cometer el mismo error de empezar a hacer macro operaciones en 2022”.

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