viernes
7 y 9
7 y 9
Después de años de discusiones, peticiones y evaluar opciones planteadas por aseguradoras y las administradoras privadas de fondos de pensiones (AFP), al fin el Gobierno fijó una herramienta para volver a ser viable que un trabajador de ingresos bajos y afiliada al régimen de Ahorro Individual (Rais) pueda optar por jubilarse tomando el camino de las rentas vitalicias y su mesada sea igual o cercano al salario mínimo vigente.
En este régimen, que compite y es distinto al público de Prima Media que administra Colpensiones, hay, básicamente, dos caminos para decidir jubilarse con base en el capital acumulado con los aportes obligatorios realizados a lo largo de la vida laboral formal y según el nivel de riesgo que se elija tomar. En todo caso, tendrá una mesada mensual que no puede ser menor a un salario mínimo, por norma constitucional.
Por una parte está la modalidad de retiro programado. El afiliado recibirá de su AFP (Porvenir, Protección, Old Mutual o Colfondos) una mesada para toda su vida, cuyo monto dependerá del ahorro que tenga en su cuenta individual y de la rentabilidad que arroje a partir de las inversiones con esa plata en los mercados de capitales.
Así que la pensión puede subir o bajar cada año y el riesgo de vivir mucho (extralongevidad) o que se agoten los fondos (riesgo financiero) son asumidos por el afiliado y, en caso de muerte, la mesada pensional es heredable.
La otra opción es la renta vitalicia. El afiliado decide entregar su ahorro pensional a una firma aseguradora, la cual se compromete a pagarle durante el resto de su vida una mesada fija mensual que se ajusta cada año por la variación de la inflación. Como los riesgos financieros y de sobrevivir muchos años los asume la aseguradora, los giros son menores. En caso de muerte, la renta pasa a los beneficiarios (cónyuge, hijos), si no los hay, la aseguradora se queda con el saldo.
Con eso claro, el Ministerio de Hacienda estableció mediante el decreto 036 de 2015 lo que se conoce como un mecanismo de cobertura para las pólizas de renta vitalicia que se emitan desde 2105. De esa forma, las compañías de seguros puedan cubrir el riesgo del incremento anual de la pensión mínima (para este año de 644.500 pesos) en dicha modalidad.
La nueva norma definió que si el alza anual del salario mínimo es superior a la inflación más el promedio de incremento de la productividad de los últimos 10 años, el Gobierno asume ese riesgo con cargo al presupuesto. Pero si pasa lo contrario, las aseguradoras deben girarle al Gobierno.
Un ejemplo: la inflación de 2015 cierra en 3 por ciento, el incremento del salario mínimo (concertado o no) es del 5 por ciento y la productividad promedio de la última década hoy es de 0.92 por ciento. La fórmula indica que el Gobierno deberá reconocer a las aseguradoras el riesgo generado por ese aumento adicional de 1,08 por ciento.
Si bien las aseguradoras y las AFP esperaban que la norma contemplara la cobertura desde la base de la inflación para emitir este tipo de póliza, por lo menos se acota el riesgo para las primeras y pueden tener una mayor certeza en sus cálculos a la hora de ofrecer una pensión vitalicia; mientras las segundas esperan que aumente la competencia para mejorar las cotizaciones, al menos tres, que deben ofrecer a los afiliados que opten por esta modalidad de jubilación.
Lo cierto es que la nueva herramienta abaratará, está por verse en un promedio de cuánto, el valor de las pólizas para los afiliados al régimen privado de pensiones.
Para proteger su patrimonio y no quebrarse por cumplir sus compromisos, las aseguradoras han sido prudentes en establecer el riesgo que deben cubrir al emitir pólizas de rentas vitalicias de pensión con un salario mínimo que se incrementa no solo por inflación y productividad, sino por decisiones políticas.
“Como no se puede pagar una mesada menor al mínimo, hay que tener en cuenta temas como que la pensión en renta vitalicia que hoy es de 800 mil pesos, a la vuelta de unos años se puede igualar con el valor de lo que sea el salario mínimo”, explica Hernán Castillo, vicepresidente Técnico de la aseguradora estatal Positiva.
Cabe anotar que el cálculo para cada afiliado es diferente, por las condiciones particulares de riesgo. En ello incide el ahorro pensional acumulado, la cantidad de beneficiarios, así como su edad. Por ejemplo, a menor edad tengan cónyuge o hijos, puede ser mayor el costo del póliza, porque se deberá pagar por más años esa renta vitalicia heredable. También influye la creciente expectativa de vida de los colombianos: el Dane la proyectó en 78 años en mujeres y de 72 en hombres, para el periodo 2011-2015.
Asofondos, gremio de las AFP, a modo de ejercicio, cotizó el año pasado que una renta vitalicia de salario mínimo para una mujer de 56 años, con un esposo de 65, lo que arrojó que requería un capital de 235 millones de pesos.
“Habría que ver cuál es la oferta de las aseguradoras aplicando el decreto, pero se espera que en casos similares se puedan reducir a un rango de entre 150 y 160 millones de pesos”, anotó Clara Elena Reales, vicepresidenta Jurídica de Asofondos.
Por su parte, sin comprometerse con una cifra, el vicepresidente Técnico de Positiva estima que una renta vitalicia de un salario mínimo pueden oscilar en un rango entre los 180 y 200 millones de pesos para un hombre casado y con al menos un hijo menor de edad.
Aunque es prematuro para tener certeza de la incidencia de aplicar la nueva norma, lo lógico es que aporte en algo a mejorar la cobertura pensional. Más aún, en un país en que cerca de la mitad de los trabajadores están en la informalidad y solo uno de cada cuatro colombianos en edad de retiro se jubila.
Hay más: de los cerca de 21 millones de ocupados, 12,5 millones están afiliados al régimen privado de pensiones obligatorias, pero solo un 40 por ciento son cotizantes activos, es decir, hicieron aportes en los últimos seis meses.
“Los afiliados que van a acceder a una pensión, y sus mesadas esperadas son de un salario mínimo o marginalmente superiores, serán los más beneficiados”, comentó en días pasados el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas. Y esto, teniendo en cuenta que el 84 por ciento de los trabajadores del país ganan solo hasta dos salarios mínimos (1,28 millones de pesos, en 2015).
Con todo, la medida del Gobierno también le aplica una resucitación tardía al marchitado ramo las de rentas vitalicias del país. Fasecolda, gremio de los aseguradores, indicó que las primas emitidas (dinero recibido por póliza) sumaron 545 mil millones de pesos en 2014, 33,9 por ciento menos que en 2013.
Asimismo, en Colombia hay 10 compañías autorizadas, de las cuales tres (Mapfre Vida, Alfa y Bolívar) concentraron el 91,7 por ciento de las primas, por lo que la norma estimula a que más firmas de la industria se animen a incluir en su portafolio este producto previsional y haya más competencia.
De hecho, cifras de la Superintendencia Financiera, disponibles a octubre pasado, señalan que mientras 15.395 colombianos tienen su pensión de vejez en la modalidad de retiro programado, solo 2.484 han podido acceder a la renta vitalicia, teniendo en cuenta que aún el régimen privado de pensiones es joven y está en etapa de acumulación desde 1994.
Por último, Chrístian Mora, director de la Cámara Técnica de Seguridad Social de Fasecolda, recomienda que los afiliados al régimen privado no tienen que esperar a la edad de retiro para elegir la modalidad.
“Según el nivel de riesgo que estén dispuestos a tomar, pueden ir contemplando su mejor opción, al tiempo que traten de ahorrar desde ahora lo más que puedan para garantizar un mejor ingreso en la vejez”, concluye el experto.