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Productores e industria del café deben llegar a un acuerdo internacional de precios, de manera que se distribuya de forma más equitativa la rentabilidad en la cadena de valor, desde el pequeño caficultor, hasta los grandes comercializadores, planteó ayer en Medellín el gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Roberto Vélez Vallejo.
“Con la amenaza del cambio climático, unos precios del café muy bajos y un consumo creciente, ¿qué nos ganamos con que a Starbucks, McDonald’s o cualquier otra cadena les vaya muy bien, si el productor tiene el agua al cuello? Si queremos café en el futuro, hay que apoyar al productor”, argumentó el dirigente.
Este será uno de los puntos a debatir en el primer Foro Mundial de Productores de Café, del 10 al 12 de julio próximos en el hotel Intercontinental de Medellín. Allí se reunirán 800 participantes de 45 países para discutir sobre los retos de la caficultura global.
“El café mueve en el mundo unos 200 mil millones de dólares anuales y solo 20 mil millones les tocan a los países productores, así que la plata se hace más del puerto para allá que del puerto para acá”, advirtió el dirigente gremial.
A la par de la discusión internacional, en Plaza Mayor deliberará el Congreso Cafetero extraordinario, el 10 de julio. Allí se celebrarán 90 años de la federación, que nació en la capital antioqueña en 1927, y se modificarán su estatutos (ver Paréntesis).
De otro lado, en diálogo con EL COLOMBIANO, Vélez Vallejo, advirtió que este año “el paisaje no es nada bonito para los caficultores”:
“Aspiro a que del foro mundial salgan iniciativas en ese sentido y se logren compromisos entre todos los eslabones para que la actividad sea sostenible para todos (...). El ideal sería que la industria misma tomara decisión de apoyar la cadena, y mantener un precio que remunere al productor de manera adecuada. A la industria no le pasa nada si paga más de los 1,20 dólares la libra de hoy, si hace dos años pagaba 2,50 dólares (...). En el año 2050 se estima que necesitaremos más de 30 millones de sacos adicionales al año, así que se debe fortalecer al productor”.
Mientras tanto, igual se debe aumentar la productividad de los caficultores...
“En 2011 y 2012, años malos, la productividad promedio era de 10 sacos por hectárea y hoy ya estamos en 18 sacos. Pero estamos lejos de Brasil, que produce 27 sacos. Sin embargo, vemos fincas cafeteras antioqueñas produciendo 40 sacos. Lo que pasa es que toca impulsar más a los pequeños caficultores y en eso estamos”.
¿Cómo ve a Antioquia frente a otras regiones cafeteras?
“En el departamento se ha hecho un esfuerzo grande de mantener la producción, pese a las adversidades. Lo que se necesita ahora es apoyo de la Gobernación y de las alcaldías, pues el Fondo Nacional del Café no tiene los niveles de recursos con que contaba antes. Se debe acompasar mejor la política cafetera con la de municipios y departamentos y apalancar recursos para obras locales”.
“Pronosticamos 14,5 millones de sacos, en línea con 2016. La proyección medida para el primer semestre nos dio 6,5 millones de sacos, con un escenario bajo de 6,2 millones y uno alto de 6,8 millones. A mayo llevamos 5,2 millones y si en junio se producen un millón de sacos, estaremos en el nivel bajo del estimativo. Mi temor está en la cosecha del segundo semestre”.
¿Por qué?
“Ha estado lloviendo, nublado y los palos de café no han florecido. Sin sol no hay fruto ni cosecha, así de sencillo. Cada día que pasa, le parece a uno que vamos a cerrar el año entre 13,5 millones y 14 millones de sacos. Y si bajamos, diga usted, 800 mil sacos, pues será igual cantidad menos exportada. Así que estamos supeditados al cambio climático y por eso será un tema de discusión en el Foro Mundial de Productores”.
¿Teme que una mala
cosecha baje la renovación de cafetales?
“Necesitamos que la tasa de renovación sea cerca del 10 % del área sembrada, es decir, tener entre 95 mil y 100 mil hectáreas. Si no cumplimos ese postulado, la producción caerá, porque los árboles se envejecen, no podemos ceder en ese frente”.