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Son las 7 a.m. y el cielo está nublado en Medellín. El olor a arepa con calentao de frijoles y huevo revuelto inunda la Terminal del Sur, mientras un grupo de pasajeros se sube a un bus que los llevará a un recorrido de dos días por la antioqueñidad.
Hacen parte del itinerario Santa Fe de Antioquia, Jardín y Jericó, municipios declarados Bien de Interés Cultural Nacional y la cuota del departamento en la Red Turística de Pueblos Patrimonio, una propuesta creada en 2010 para fortalecer la oferta de turismo de los 17 pueblos que la conforman.
Una hora después, antes de llegar a la que fue capital de Antioquia durante 242 años, el guía que acompaña el recorrido anuncia el Puente de Occidente o Puente Colgante José María Villa, que se avista a través de la ventanilla.
Este Monumento Nacional, que costó 171.300 pesos hace 125 años, atrae a turistas, que activan el consumo de los negocios locales, que ofrecen desayunos, mecatos, helados, cervezas y jugo de caña de azúcar.
Un hombre de edad espera, al otro lado de la estructura, que mototaxis y otros vehículos hacen temblar. “Si quiere conocer la historia del arquitecto José María Villa, nosotros se la contamos”, indica.
Bajo un fuerte sol, calles empedradas y balcones de la época colonial reciben al bus, 15 minutos después. Son las calles de Santa Fe de Antioquia, “el más bello relicario de la Colonia”.
En una biblioteca del Hotel Mariscal Robledo, que etiqueta con carteles de cartulina la clasificación de los libros, se encuentra sentado Alonso Monsalve Gómez, presidente de la Junta Nacional de la Asociación Colombiana de Agencias de Viaje y Turismo (Anato) y promotor del desarrollo turístico en el Occidente antioqueño.
Dice que desde que se encontró que Colombia es el segundo país más diverso entre 136 países, según una medición de competitividad turística del Foro Económico Mundial que Colombia, de 2017, que también destacó su diversidad cultural y de aves, se reorientaron parámetros para trabajar el turismo.
“Ahora en estos pueblos estamos fortaleciendo un turismo que genere valor agregado, como calidad de vida, sostenibilidad y formalidad laboral. Cerca de 70 mil millones ha sido la inversión que han recibido los pueblos patrimonios del país, que estaban deteriorados”, dijo Monsalve.
De esta forma, en “La abuela” del departamento, y San Jerónimo, Sopetrán y Olaya, desarrollan un proyecto de turismo literario: 16 guiones que evocan a los ancestros de los espectadores, en una escenografía auténtica.
“Por ejemplo, montamos un guión del duelo a muerte del segundo gobernador de lo que es hoy Antioquia, Caldas, Quindío y Risaralda, Gáspar Rodas, con Francisco Moreno de León”, comenta.
En Santa Fe, que recibió el título de ciudad en 1.544, se instaló además una oficina de turismo que impulsa circuitos de un día para visitar seis pueblos.
En alianza con Turismo de Medellín, la empresa Rápido Ochoa también decidió ofrecer un servicio para visitar la Red de Pueblos Patrimonio, que incluye el acompañamiento de un guía en todo el trayecto.
Asimismo el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) está capacitando a la población local en redes sociales, gastronomía y normas técnicas sectoriales, y esta entidad, junto con el Viceministerio de Turismo, diseñó el programa Posadas turísticas, mediante el cual 200 campesinos fueron entrenados para atender a turistas en sus casa. Pero, solo ocho posadas tienen habilitado el servicio.
Tres horas más tarde, en el municipio de Jardín, el guía Roberto Luis Díaz cuenta que se constituyó un Consejo Consultivo el año pasado, para ampliar el abanico de proyectos turísticos del municipio.
“Procolombia está evaluando una propuesta que hicimos de una gira para el avistamiento de aves en Suroeste de Antioquia”, indica.
Con las 11 iglesias y la arquitectura republicana de Jericó, finalizó el recorrido. Allí, la casa de la madre Laura Montoya constituye el epicentro del turismo religioso.
“Vienen de todas partes del país y del exterior también”, afirma la madre Delfina González de la Congregación de las Hermanas Misioneras y de las Lauritas.
De esta forma, el legado cultural y arquitectónico de tres pueblos de Antioquia se ha convertido en alternativa para generar empleo formal y mayor consumo.
*Por invitación de
Rápido Ochoa