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En materia de los ajustes estructurales que requiere el Sistema General de Pensiones, Colombia está lloviendo sobre mojado. Así lo concluye el presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), Sergio Clavijo Vergara, al advertir que el Gobierno dejó pasar un cuarto de hora valioso, cinco años de boom minero-energético con altos ingresos fiscales, para acometer una reforma pensional que ahora deberá hacerse en un contexto fiscal difícil.
“Entes como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial nos han dicho de todas las formas lo que se debe hacer (...), si en Colombia hablamos de equidad y de paz, se debe empezar por una reforma al sistema pensional”, advirtió Clavijo al explicarle su visión al premio Nobel Peter Diamond, al cierre del octavo congreso Fiap-Asofondos, en Cartagena.
A su turno, Leonardo Villar, presidente de Fedesarrollo, tanque de pensamiento económico del país, dijo que la reforma pensional que requiere el país pasa por terminar la competencia entre los dos regímenes contributivos (público, de Prima Media; y privado, de Ahorro Individual) y pasar a un esquema único de varios pilares.
“Se deben actualizar los parámetros del sistema como edades de jubilación, tasas de reemplazo en prima media, número de años para el cálculo del ingreso base de liquidación, entre otros, con el fin de mejorar sostenibilidad financiera y limitar subsidios inequitativos”, concluyó Villar.
Al respecto, las edades de jubilación se han ajustado en dos años en las últimas décadas, mientras la expectativa de vida a los 60 años a la edad de pensión aumentó cerca de siete años, lo que aplica una mayor presión fiscal al Gobierno para pagar las mesadas de 1,1 millones de colombianos y que le cuestan más de 30 billones de pesos este año.