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“Esta vez no habrá crisis en América Latina”: Eduardo Lora

El reconocido economista colombiano Eduardo Lora, explica qué marcará la discusión en el Congreso Lacea-Lames 2016, esta semana en Medellín.

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09 de noviembre de 2016
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En la Universidad Eafit, desde mañana y hasta el sábado se hablará en clave de economía. Pero no se harán eternas discusiones sobre el último dato de inflación o la minucia de la sonada reforma tributaria. En cambio, se discutirá ampliamente sobre los problemas estructurales que hacen de América Latina una región desigual y con grandes retos económicos.

Ese será el eje de encuentro de los académicos en el Lacea-Lames 2016, evento que reúne a la Asociación de Economía de América Latina y el Caribe (Lacea) y a la Asociación Latinoamericana de Econometría (Lames).

Como preámbulo, el presidente de Lacea, el colombiano Eduardo Lora habló con este diario sobre la necesidad de pensar desde la academia hacia dónde va América Latina y cómo el conocimiento de alto nivel no desconoce la compleja ruta de crecimiento que afronta la región.

¿Cuál será el foco de discusión en esta versión?

“Básicamente, no hay un foco. Esta reunión académica abre el espectro para que escuchemos qué tópicos están tomando fuerza en materia investigativa. Son más de 200 artículos académicos (papers) que se discutirán y tendremos dos premios Nobel de Economía en las conversaciones. Esta es la reunión más importante del mundo en desarrollo en cuanto a pensamiento económico”.

¿Cómo permea estas discusiones el día a día?

“Al principio no tiene un efecto directo sobre la cotidianidad. Los temas son diversos y muchos son escenarios teóricos. Pero vamos a tener a gobernantes locales, departamentales y nacionales. La idea es que el centro de las discusiones se adapten a la planeación de las políticas públicas. En eso hay capilaridad y creemos que se pueden tener buenos resultados”.

Una base importante de su recorrido académico se basa en tributación, ¿cómo analiza este momento para A. Latina y Colombia, en clave de distorsiones y desbalances fiscales?

“El panorama que vivimos actualmente es común para los países que dependen de ingresos por materias primas. Cuando los precios son buenos, aumenta el gasto más de lo que se debería y no se ahorra lo suficiente para las vacas flacas. Sin embargo, a diferencia de otros periodos, creo que en este nos ha ido bien”.

A qué se refiere...

“Pensemos en las crisis de los noventa o de los ochenta. Esos sí fueron momentos críticos y fuimos a recesión e impagos. Pero esta vez no hay crisis en América Latina y no habrá, salvo el caso de Venezuela”.

¿Cómo analiza ese caso?

“Lo que pasa hoy en Venezuela es claramente lo que nos habría pasado en otro momento histórico. Un caso como ese no era tan atípico años atrás, cuando había hiperinflación en varias economías. Ya algunos países tienen arreglos como la regla fiscal, que dan seriedad y disciplina macroeconómica, y eso es un gran avance”.

¿Cómo ve a Colombia en ese escenario?

“El país es, sin duda, el más juicioso en materia macroeconómica y no hoy, sino históricamente. Los extranjeros pueden tener la idea de que, en medio de un conflicto tan largo, la situación macro es desordenada y no, Colombia ha sido serio y eso se nota”.

Pero hay líos transversales a la región como la pobreza, ¿cómo abordará Lacea-Lames ese gran reto?

“La solución de la pobreza no viene solo desde las políticas públicas que se adoptan. Resolverla es algo gradual por naturaleza. Siempre vamos a terminar hablando de las capacidades productivas de las personas y los equipos de trabajo que conforman, es decir, productividad. Uno no cambia esto de la noche a la mañana”.

¿En los últimos 10 años se avanzó en América Latina de manera estructural?

“La solución toma tiempo, se pueden poner paliativos, como los subsidios, y eso es lo que han hecho muchos países, incluido Colombia. El problema fundamental de la pobreza tiene que ver con las condiciones de desarrollo y pasa por tener políticas adecuadas”.

En el fondo de todo está la informalidad económica...

“Sí, y ese es el punto clave, principalmente porque hay diversidad de opiniones sobre cómo combatirla. Unos piensan que el problema es de impuestos, de costos laborales y que bajando el salario mínimo o costos asociados se acabaría la informalidad. Eso, a muy juicio, es errado”.

Entonces, ¿qué opina?

“Que pensar así es una ilusión. Hay que buscar una solución más compleja. La informalidad existe porque hay grados de productividad divididas regionalmente. Es diferente el escenario de un restaurante pequeño al de una multinacional. Hay que poner juntas a personas diferentes y con capacidades para producir”.

¿Y hay solución a la vista?

“Tal vez sea especializarse. Resolver las falencias en productividad. Que las ciudades se destaquen por algo que saben hacer muy bien y donde tienen posibilidad de formalizar y abarcar a su población”.

En ese sentido, llevamos una década hablando de competitividad, ¿es hora de cambiar de paradigma?

“La palabra competitividad es muy ambigua. Incluso hay quienes solo la entienden como costos relativos. Podríamos empezar a hablar de complejidad: países y ciudades capaces de hacer cosas que nadie más hace tan bien, esa ventaja es complejidad”.

Y en ese caso, ¿cómo podría impulsar la complejidad una ciudad como Medellín?

“Decidimos realizar Lacea-Lames en Medellín, justamente porque es una zona que ha vinculado de manera notable el conocimiento académico con las empresas y el sector público. En la ciudad se nota ese cambio que, por ejemplo, no se percibe en Bogotá, donde la dispersión le gana a las sinergias”.

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