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Con la premisa de que la innovación no se resuelve con recetas, así todo el mundo hable de ello y haya mil fórmulas para implementarla, el consultor internacional Álvaro González-Alorda, dio ayer puntadas creativas al empresariado antioqueño para agregar valor en sus organizaciones.
Este español habló en exclusiva con EL COLOMBIANO, a propósito del Encuentro de Afiliados que la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia que se realizó anoche en Plaza Mayor y tuvo más de mil asistentes.
¿Cuál es su definición del término innovación?
“Para mí la innovación como tal es pasajera, porque pueden ser productos novedosos que pasan y ya. El plus está en desarrollar competencias para que innovar sea sostenible en el tiempo. Ahí está la diferencia en el mercado”.
¿Cómo se adquieren esas competencias?
“La gente no se transforma escuchando charlas de motivación. Primero, se debe tener un proyecto en que se ejerciten estas destrezas. Eso sí, debe darse retroalimentación (feedback) en el proceso al interior de las empresas. No es una evaluación de desempeño al empleado. Tiene que ver con la capacidad de decirnos las cosas para mejorar, sin necesidad de un marco jerárquico. Es difícil desarrollar competencias si nadie te dice las cosas para mejorar”.
Pero usted habla de que somos muy formales y no enfrentamos esa situación...
“Sí, porque nuestra cultura latina nos hace quedar bien con todo el mundo y nos cuesta mucho dar retroalimentación entre nosotros. Desplegar esta capacidad de corregir errores ayuda mucho y no esperar a que sea el alto directivo. Es mejor trabajar con personas que despliegan competencias superiores a las de uno, para mejorar lo que se hace. Por eso con este feedback se desarrolla una musculatura interna que fortalece la organización”.
Usted habla de una cifra de impacto en el esquema...
“Hay una que es muy diciente: el 80 % de los procesos de transformación en empresas fracasa, o sea, perseverar”.
Y precisamente, en este momento de debilidad económica, ¿cómo innovar sin necesidad de mucho dinero?
“El grado de eficiencia y productividad de las empresas es bajo, por los costos que trae la complejidad de las organizaciones. Lo que se requiere es usar recursos de manera eficiente. El problema no es dónde está la plata sino en cómo la uso para desarrollar competencias en las organizaciones”.
¿Cómo hacer sostenible esta estrategia?
“En una transformación eficiente, el 10 % es para metodología y el 90 % restante es trabajo artesanal (carpintería). Si una empresa de consultoría te vende un modelo de transformación estándar que garantiza el éxito, termina siendo una promesa falsa. Cada organización es particular, debe analizar sus niveles de competencia, el reto del sector y eso necesita artesanía. Debe haber un marco conceptual sencillo, pero la base es trabajo puro”.
¿Ycuál es el rol del líder de la organización?
“Es uno de los temas más críticos cuando el centro de gravedad de las organizaciones suele estar muy alto. Es decir, las decisiones se toman allá arriba en la ‘torre de marfil’ y luego los directivos bajan a a dar instrucciones a los empleados. Así no funcionan las cosas. Otro tema es la gran diferencia que existe entre un líder que transforma y un gestor venido a más que se convierte en director. Se necesita a personas que contagien a otros y no solo lleven órdenes”.