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Las cifras del Índice de Precios al Consumidor (IPC) muestran que el valor de la carne de res ha crecido por encima de ese indicador en el último año, presionando al alza el costo de la canasta familiar y, por ende, del costo de vida.
Mientras la inflación anualizada se ubicó en julio pasado en 8,97 %, el valor de la carne de res se incrementó 24,39 % en ese periodo, según las cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane). Y mientras el costo de vida entre enero y julio de este año ha aumentado 5,65 %, el precio de esa proteína animal ha crecido 19,2 %.
Pero la variación en los precios también depende del corte de carne y del mercado donde se ofrezca el producto. Hace un año el kilo de lomo fino costaba en la plaza Minorista 19.800 pesos, y para esta semana el valor fue de 28.250 pesos, es decir, subió 8.450 pesos, lo que equivale a una variación de 42,67 %.
Llama la atención que el mismo corte, hace un año, se pagó en la Central Mayorista de Antioquia (CMA) a 19.350 pesos y al cierre de la semana pasada estuvo a 21.750 pesos, con lo que el incremento es de 2.400 pesos, o sea un 12,4 %.
Para Walter Ruiz, presidente de la Asociación de Comercializadores de Carne, el aumento del precio oscila entre 30 % y 33 % frente a lo registrado un año atrás, debido al desabastecimiento del mercado nacional y al paro camionero.
“Durante el paro de los transportadores, los precios aumentaron entre 50 % y un 60 %, pero hay desabastecimiento del hato ganadero, lo que sumado a las exportaciones de ganado en pie, ha causado pérdida del inventario bovino nacional”, comentó.
En ese contexto, la asociación que aglutina a 78 comercializadores de carne de Medellín, Amagá, Sabaneta, Envigado y Copacabana, señala que las carnes de pollo y cerdo han ganado participación.
Ruiz recuerda que mientras en 1993 y 1994 el consumo por persona de carne de res en Colombia estaba en unos 24 kilos, el año pasado cerró en 16 kilos.
Desde la percepción de José Félix Lafaurie, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegán), “el país perdió de vista que, por falta de instrumentos de política pública, el hato bovino pasó de 25 millones de cabezas en 2010 a 22 millones al cierre de 2015, es decir, la tasa de extracción para el sacrificio ha sido mayor que la capacidad de reposición de los ganaderos”.
Finalmente, la Bolsa Mercantil de Colombia (BMC) también consideró que los datos del comportamiento del precio del ganado en Colombia, en lo corrido de este año, muestran una tendencia pronunciada al alza.
Entre las causas, señaló que el fenómeno de El Niño afectó la salud de los animales por lo que la producción de ganado en pie se redujo, a lo que se suman las exportaciones al medio oriente (Líbano, Irak y Jordania), lo que ha presionado los precios al alza.