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Al iniciar el segundo mes del año se siente con más dureza tener que sacar de su bolsillo para pagar la cuota de tarjeta de crédito. Especialmente incomoda mucho más, si se trata de las compras de diciembre: apenas empezará a pagar.
Pero esto se suma a que la mayoría de personas lleva poco tiempo de regreso a su trabajo, después de haber disfrutado las vacaciones. También hay otros que todavía no retornan a su labor, porque los contratos no inician. Incluso, hay desafortunados que se quedaron en diciembre sin trabajo, pero aún así deben responder por estos pagos (ver Gráfico).
Para enfrentar esta situación, EL COLOMBIANO habló con expertos en finanzas personales, quienes brindan algunas recomendaciones en estos momentos de iliquidez en el bolsillo, con la amenaza de atrasarse y ser reportados en las centrales de riesgo.
Sin embargo, antes de desesperarse por esta situación, se recomienda hacer una lista de deudas pendientes. Sepa cuánto debe y a quién, es lo mejor. Así tendrá claridad frente al camino que debe tomar, si quiere aliviar su flujo de caja y no ser señalado en el sistema financiero.
En una hoja de Excel o de papel, usted puede evaluar cada una de las cuentas por pagar a los bancos, teniendo en cuenta montos de intereses, plazos y valor de las cuotas mensuales. “Con esta información, puede analizar con cuál de ellas puede tener más problema, si se atrasa en el pago”, indicó Clara Inés Guzmán, líder del Programa de Bienestar Financiero de Old Mutual.
Es bueno empezar por las obligaciones de mayor tasa de interés, casi siempre la tarjeta de crédito. Pero si no le da el dinero, trate de negociar una refinanciación con el banco. Ojo que no se trata de una compra de cartera, sino de encontrar otras opciones para diferir la deuda con su entidad.
Este punto es importante para aquellas personas que manejan varios plásticos. Evalúe cuál de ellas es la más costosa en tasa de interés, cuota de manejo y monto a pagar. Trate de dejar en cero y devolver las tarjetas que, según su modo de vida y patrón de consumos, le resultan más caras.
No olvide la opción de buscar ayuda en su círculo familiar y entre amigos cercanos. Es una alternativa para apalancarse y pagar deudas, muy probablemente sin tasa de interés o puede ser menor que la ofrecida por una entidad bancaria. Se trata de apagar el incendio de sus finanzas de una manera menos costosa, pero también debe tener claro que si no cumple, puede perder una amistad.
Si después de las anteriores recomendaciones usted no alivia su flujo de caja, ahí sí proceda a buscar otras opciones dentro del sistema financiero para compra de cartera. También puede adquirir un crédito de libre inversión (la tasa es más baja) para cubrir el monto que debe con su tarjeta (tasa más alta).
Si es trabajador formal, no olvide la opción de acudir a su caja de compensación, varias ofrecen cupos rotativos, o al fondo de empleados, que usualmente presta a bajas tasas, o incluso a cooperativas financieras o de ahorro y crédito, si es asociado. En todo caso, tenga cuidado al revisar cuál de estas posibilidades le ofrece la opción de pagar menos intereses.
Negociar su deuda con otra entidad financiera debe ser una de las últimas opciones, es decir, luego de agotar opciones de pago mencionadas. Tenga presente revisar las tasas que ofrece el mercado: una compra de cartera, al final del día, puede resultar más costosa, porque el pago de la deuda, usualmente, se extiende más en el tiempo: “no se puede olvidar los intereses que ya pagó de la deuda original”, añadió la ejecutiva de Old Mutual.
Revise con cuidado y no se vaya por la primera opción que le ofrezcan. Compare al menos tres opciones de entidades financieras que estén dispuestas a comprar su cartera de consumo.
Ni se le ocurra salir al mercado de prestamistas informales, porque los intereses son de usura y los agiotistas los fijan discrecionalmente, según la necesidad del angustiado. Así que no hay excusa para buscar el famoso “gota-gota”.
No tiene sentido que, por un lado, haga fuerza para pagar una deuda que no debió dejar superar su capacidad y, por el otro, siga gastando a crédito. Ajústese el cinturón, porque la tentación de usarla siempre estará en momentos de estrechez.
De todas estas recomendaciones debe quedar una buena lección: usted es quien debe tener controlar sus finanzas y no que las deudas lo controlen a usted.