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Comienza febrero con la preocupación de que la fiesta de San Valentín o de los enamorados, que celebra el pueblo anglosajón todos los 14 de febrero, pareciese no ser tan buena este año por efectuarse un sábado, por lo que exportadores de rosas, claveles, pompones, crisantemos y hortensias de Colombia, cruzan los dedos para que las ventas de sus distribuidores no se afecten por ser fin de semana
“La venta no es tan grande si es sábado o domingo, quizá porque cuando ellos quieren dar este detalle en oficinas, no lo pueden hacer porque no están laborando. Esa podría ser la explicación”, indicó Martha Cecilia Díaz, directora comercial de grupo Capiro, la principal empresa exportadora de flores en Antioquia,
Por eso el presupuesto que se fijó la empresa en ventas para este año es el mismo del 2014, manteniéndose en 12 millones de tallos. “Hubiera sido de 15 millones de tallos si no hubiera caído fin de semana”, reconoció la señora Díaz.
Aunque sí los coge con un dólar fuerte (2.441 pesos cerró el viernes) la mayoría de grandes exportadores de flores realmente no se beneficiarán con esta tasa cambiaria porque ya se curan en salud con mecanismos financieros como las coberturas cambiarias, evitando los cambios bruscos en la divisa.
La directora comercial de grupo Capiro, reconoce que el fortalecimiento de la moneda norteamericana los toma por sorpresa, por lo que antes se habían blindado para no correr riesgos con su vaivén. Por eso trabajan con un dólar de 1.950 pesos.
“Este mecanismo lo ofrecen los bancos, en este caso a nosotros nos pagan por debajo de la tasa representativa de mercado. Esa diferencia se va a favor de las entidades”, es decir, 491 pesos que en teoría dejan de ganar los floricultores por cada dólar, si se tiene el precio referencia de este fin de semana.
No obstante, todos los exportadores de flores de Colombia no tienen cobertura cambiaria, solo son aquellos que por su tamaño cuentan con un flujo de caja importante que les ayuda a obtener el respaldo de bancos.
Sin embargo, contrario sería con un dólar a 1.700 pesos, porque la diferencia de 250 pesos la “perderían” las entidades financieras y por eso es una manera de ir a la fija, intentando que la tasa de cambio sea estable para que las empresas construyan su propia estructura de costos más fija.
Rodrigo Tejada, economista de la Universidad Nacional, indicó que estos mecanismos para cubrirse del riesgo son importantes pero hay que conocerlos a fondo para elegir el que mejor se adapta a cada caso.
Además, destacó que dependiendo de la estructura del capital de las compañías la devaluación puede no ser tan significativa. “Algunos negocios adquieren deuda no solo en pesos sino también en dólares”.
Augusto Solano, presidente de la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores (Asocolflores), reconoce que la tasa de cambio es el factor más importante de todos los que están en juego. “Celebramos una recuperación del dólar luego de 10 años, es una buena noticia para los exportadores porque nos vuelve competitivos y es más efectiva que una salvaguardia”.
Se estima que esta temporada representa la exportación de 500 millones de tallos, que le significan a los floricultores el 30 por ciento de sus ingresos anuales, tanto por la venta de rosas, claveles, pompones y flores tropicales que en su mayoría (78 por ciento) tienen por destino Estados Unidos.
En este orden de ideas, el director ejecutivo de Asocolflores en Antioquia, Marcos Ossa, destaca que esta es la tercera temporada más importante del año para los floricultores del país, antecedido por madres y amor y amistad.
“Desde el 19 de enero y hasta este miércoles 3 de febrero se hacen los despachos de San Valentín 2015, aunque son las rosas de la Sabana de Bogotá las que más se venden para esa fecha. Sin embargo, las ventas de Antioquia crecen un 35 por ciento por los crisantemos y la flor de verano”.
Para los exportadores que no estén blindados con la cobertura cambiaria, Asocolflores proyecta que más de un 20 por ciento de incremento recibirán cuando cobren sus facturas correspondientes a San Valentín, por cuenta de un dólar a 2.441 pesos.
En marzo del año pasado (mes en que los floricultores reciben lo comercializado en febrero) la tasa de cambio registró un promedio de 2.019 pesos. Con 422 pesos más, la variación del ingreso se ubica entre el rango de 18 y 20 por ciento superior, calculado en 500 millones de dólares.
El ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, también calificó como positivas las perspectivas de la mayor vitrina comercial de los floricultores, “tienen el camino abonado con una tasa de cambio favorable y su producción no fue afectada por los cambios climáticos de los últimos días”.
Actualmente los mayoristas y las mismas floristerías estadounidenses han perdido fuerza en la distribución de flores colombianas en ese país. Las mismas cadenas de retail se han encargado de masificar la venta del tallo colombiano que se caracteriza por su calidad y presentación.
“La flor colombiana se ha logrado posicionar por un tema de calidad, por ejemplo toda la flor que se produce en Antioquia sale directamente al aeropuerto de Miami y de ahí a los diferentes estados con tiempos de entrega eficientes”, agregó el director ejecutivo de Asocolflores Antioquia.
La estructura de compra estadounidense se caracteriza por ser directa, eliminando intermediarios. Cadenas de retail como Whole Foods Market, hacen compras en firme y no en consignación. Igual ocurre con Inglaterra, donde se hace exactamente lo mismo en cadenas como Morrisons.
Para el gremio la política es clara: si se producen flores todo el año, si se vende todo el año, las ventas no deben depender de un pico como el de San Valentín porque la flor es importante todo el año.
El problema para los floricultores es que se hacen picos tipo Everest, con temporadas como esta, pero también hacen valles tipo Cañón del Colorado, haciendo ineficiente el sector porque tiene personal de trabajo contratado a término indefinido: A nivel país se generan 130.000 empleos directos y en Antioquia la cifra es de 13.000 empleos, según las cuentas de Asocolflores.
En el caso de Capiro, esta empresa genera más de 1.200 empleos directos y unos 80 indirectos.
En la floricultura se estima que por cada contrato directo de trabajo hay 3,5 personas adicionales. Esta cifra cobra más importancia aún porque en muchos casos, se trata del único ingreso familiar. Es por eso que la mano de obra tiene alto impacto en los costos de producción en Colombia, pesando alrededor de 50 por ciento del total, porque mantiene un compromiso social importante en las regiones de impacto.
A pesar de ser protagonista esta temporada, la preocupación del lado de la oferta es la escasez de mano de obra, donde se pasan momentos difíciles para atender esta temporada. “Uno no se explica que en Colombia donde casi el 60 por ciento de los empleos es informal y el 40 por ciento de los salarios está por debajo del mínimo, no se ocupen todas las vacantes disponibles en la floricultura que ofrece empleos formales”, se cuestiona Marcos Ossa.
En los últimos años la diversificación de destinos es importante porque las flores paisas están llegando a 89 países, ubicados en América, Europa, Asia y Oceanía.
“Son mercados destacados que le permiten a las flores de Colombia sostenerse en el mercado internacional. Por eso las limitaciones logísticas no pueden ser excusa, hay que arriesgarse a ampliar mercados”, agregó Ossa.
En el caso de Capiro, su directora comercial indicó que las externalidades económicas siempre serán interferencia para la comercialización de los tallos colombianos.
“En el caso de Australia, nos preocupa el impacto que ha tenido el precio internacional del petróleo, porque ha afectado a la divisa de ese país devaluándola y haciendo más costosa la operación de nuestros clientes”, añadió la señora Díaz.
Tanto Australia como Japón se han afectado por el petróleo, incrementándose un 25 por ciento los costos, y no se puede subir esa misma proporción el precio final de la flor porque nadie compraría.
Australia representa en ventas para el Grupo Capiro un 7 por ciento de toda la operación, “es un mercado nuevo, que solo lleva dos años”.
También están explorando Alemania para llegar con una oferta de flores paisas, aclarando que para ingresar a otros países se necesita un manejo logístico diferente porque hay que viajar primero a Bogotá para estos vuelos internacionales, lo que encarece la operación, sumándose a los tiempos de espera que debe afrontar el producto y a la manipulación.
Los exportadores de flores se cuestionan falta de alternativas en espacios de los vuelos, porque cuando se despachan con pasajeros, los espacios se estrechan para exportar.