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En los primeros siete meses de este año los antioqueños tomaron seguros por valor de 2,54 billones de pesos, cifra que equivale a un 17,4 % del mercado asegurador colombiano que en esos mismos meses vendió 14,59 billones de pesos.
Así lo muestran las cifras de la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda), gremio que celebra en el hotel Hilton de Cartagena la Convención Internacional de Seguros, en la que se analizan hoy los desafíos que el país debe encarar para ser más competitivo y se revisan los avances de los proyectos de infraestructura.
Los seguros de salud y automóviles encabezan las listas de los más adquiridos por los paisas en los ramos de aseguramiento de personas y daños, con más de 300.000 millones de pesos, mientras por concepto del Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (Soat) los ingresos superaron los 138.000 millones de pesos. También llama la atención que los aseguradores hayan expedido seguros por daños en vidrios por 4,5 millones de pesos (ver gráfico).
En comparación con los primeros siete meses del año pasado, la compra de seguros de los antioqueños creció un 8,31 %, pues a julio de 2016 el total fue de 2,34 billones de pesos.
Las cifras según el presidente de Fasecolda, Jorge Humberto Botero, se producen en momentos en los que la economía colombiana navega con excepcional lentitud. “Sería una gran hazaña que la economía crezca este año a la tasa del 2 %, las previsiones para las siguientes anualidades no son mejores”.
No obstante, el dirigente recordó que la actividad aseguradora como parte del sector financiero, crece a tasas más altas que los sectores reales (industria o comercio) porque “en países con un desarrollo medio como el nuestro, la dinámica de los mercados financieros y de seguros es relativamente bajo. Apenas estamos recuperando los índices de penetración del sistema financiero que observamos en 1999”.
Por empresas aseguradoras, Suramericana con 1,58 billones de pesos lidera la colocación de pólizas de seguros en Antioquia (62,15 %), los restantes 961.979 millones de pesos se reparten en los seguros que expiden otras 30 firmas aseguradoras.
De otro lado, al referirse a la necesidad de una reforma pensional, Botero manifestó que el país debe desactivar con prontitud dos bombas sociales de excepcional peligrosidad. “De un lado, es bajísima la capacidad del sistema para ofrecer pensiones decentes a quienes llegan a la ancianidad; de otro, el gravamen que a las finanzas públicas impone el pago de las pensiones hoy exigibles es colosal”.
En ese contexto recordó que los problemas de cobertura son enormes. “En la actualidad solo el 23 % de la población en edad de jubilación recibe una pensión, y las proyecciones indican que, si no se soluciona el problema, para el año 2050 apenas la obtendrá el 19 %”.
También, insistió en que los costos fiscales del sistema pensional son descomunales y tienden a crecer, pues el agotamiento de las reservas en el régimen de prima media obliga a cubrir las mesadas pensionales con ingresos presupuestales.
En ese contexto, el proyecto de Presupuesto General de la Nación para 2018 asigna una partida de 41 billones de pesos a ese rubro, cifra que, hizo notar Botero, es superior a los renglones de inversión, educación o salud. “Es claro que el excesivo gasto en pensiones comprime la capacidad de atender otros asuntos sociales prioritarios”.
Adicionalmente, destacó que a través de la Comisión del Gasto, creada en la reforma tributaria de 2016, se van a dejar planteados los hitos de una reforma pensional que debe darse a la brevedad posible.
*Por invitación de Fasecolda.