El día en que Donald Trump asumió la presidencia será recordado por los ciudadanos de Estados Unidos como una fecha marcada por una mezcla de sentimientos provocados por las divisiones políticas. Son emociones que van desde la esperanza y el miedo hasta el odio y la furia.
La esperanza se vio en las caras de sus seguidores, casi todos trabajadores blancos, que no alcanzaron a llenar la alameda del capitolio durante la transmisión del mando. Ellos esperan que Trump cumpla su promesa de devolverles los millones de puestos de trabajo perdidos con los tratados de libre comercio y el traslado de muchas fábricas a otros países.
La furia se expresó en las calles de Washington, donde miles de manifestantes y policías se enfrentaron con piedras, garrotes...