He intentado, amables lectores, referirme en mis columnas a los hechos más relevantes del acontecer nacional, sin embargo, soy consciente de que de un tiempo para acá me he ido quedando a la zaga.
La verdad es que es tal la sucesión de acontecimientos (adversos todos), que es prácticamente imposible seguirles el paso.
Si echamos un vistazo a lo sucedido en lo que va corrido de este año, podemos darnos cuenta de que este Gobierno no sale de un escándalo, cuando ya está metido en otro.
Comenzamos enero con el estruendo causado por la venta descarada e irregular de Isagén, seguido por las filtraciones de la leonina reforma tributaria que nos tienen guardada para después del plebiscito y en la que pretenden acomodarnos, entre otras, incremento del...