Este sigue siendo un Estado débil al que los grupos armados ilegales de todo pelambre confrontan como si se tratase de un juego, como si retar a la institucionalidad fuese asunto de poca monta. Pero es peor, incluso, que esas organizaciones “no van de caña”. Ejecutan. Es decir, matan policías, hablan de poner bombas, asesinar personalidades y amedrentar a la sociedad, cual si se tratase de montar un plan de viaje o una coartada callejera de infantes: policías versus ladrones, como en la cuadra.
Van 10 agentes de la Policía muertos, más de 30 heridos, además de daños colaterales a otros organismos de seguridad y civiles, en tres semanas.
En una muestra más de esta capacidad de organizar empresas criminales, desde el viernes se difundió el pasquín...