La paz, uno de los valores esenciales de la Constitución Política de 1991, es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento -como lo señala su artículo 22-, y es factor y condición indispensable para la convivencia, la vigencia de las instituciones, el ejercicio de todos los demás derechos, el cumplimiento de los deberes ciudadanos y la supervivencia del sistema democrático.
Por eso, que el presidente de la república Juan Manuel Santos haya iniciado hace tres años el proceso que se adelanta en La Habana, insistiendo en él con gran constancia y a pesar de muchos obstáculos y críticas, es algo que lo enaltece. Una política de paz no es otra cosa que el desarrollo de claros mandatos constitucionales, a la vez que, en este caso, un compromiso...