El 21 de febrero fue el Día Mundial de la Lengua Materna, decretado por la Unesco en 1999 y que desde 2010 coincide en Colombia con el Día Nacional de las Lenguas Nativas. Es de celebrar el esfuerzo, cada vez más decidido, aunque lento e insuficiente, por salvaguardar las lenguas indígenas y frenar el proceso de extinción a que muchas están condenadas.
Por eso esta columna se titula “Aja, kamua”, expresión en katío que significa “sí, cómo no”, según aparece en la gramática que en 1936 publicó el padre Pablo del Santísimo Sacramento (1909-1993) carmelita español navarro, misionero en Urabá, reeditada en 2002 en España, con el nombre de pila del autor, Ángel Cayo Atienza Bermejo, quien falleció como sacerdote diocesano en Cúcuta, dejando imborrable...