En los foros de lectores de los medios informativos digitales y en las redes sociales, ocho de cada diez comentarios reprocharon la bajada de pantalones del profesor Antanas Mockus Sivickas, durante la instalación del nuevo Congreso de la República. Atrás, muy atrás, quedó cualquier curva de aprobación a un gesto similar que tuvo el exrector de la Universidad Nacional, en 1993, en el auditorio León de Greiff, ante casi mil estudiantes entre los cuales algunos saboteaban su intervención.
El país ha cambiado. Mockus, no. O tal vez sí, sus problemas de salud cada vez más le impiden actuar con la lucidez y el histrionismo del docente que acaparaba la atención de los universitarios con sus retos, sus gracias y sus desplantes cargados de símbolos,...