Unos creen firmemente que Dios todo lo proveerá. Para otros, el hombre debe trabajar duro para salvar el mundo y defender la obra de Dios.
Nuestro hombre es del segundo grupo y mientras más personas pertenezcamos a este, más rápido salvaremos el mundo. De origen humilde, empezó a trabajar a los 16 años como calculista de costos, mientras estudiaba economía y leía a Platón. De este aprendió: “El hombre es parte del todo y el todo es parte del hombre”.
Como gerente de un pequeño laboratorio, aprendió los misterios de la vanidad humana y a los 26 años fundó su propia empresa. Como un Pastor Evangélico, pone a sus fieles a cantar y a seguir sus enseñanzas, pero mientras el Pastor los pone a creer que Dios será su salvación, nuestro hombre los pone...