Si la Conexión Vial Túnel de Oriente se retrasó en más de dos años porque la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales anuló la licencia expedida por Cornare y ordenó más estudios, por demás innecesarios y redundantes, porque confirmaron la validez de los iniciales; ¿cómo explicar que el denominado Parque del Río, proyecto sobre el cual han sido planteados serios interrogantes sobre su factibilidad e inconveniencia se haya iniciado sin el lleno de los requisitos exigidos por las leyes vigentes y sin un Plan de Manejo Ambiental?
Sorprende la inusual celeridad de la administración para que a pocos días de adjudicado el con trato de los “soterrados”, aparecieran cuadrillas de operadores que motosierra en mano provocaron un gigantesco daño ecológico al arrasar centenares de árboles; un frondoso bosque del barrio Conquistadores que como barrera, absorbía el intenso ruido que genera el tráfico de la autopista, un pulmón verde que nada lo reemplazará porque no producirá oxígeno y el vecindario quedó ahora expuesto a la contaminación y los gases generados por la combustión de los automotores.
Resulta sorprendente que la idea de “soterrar” las vías adyacentes al río Medellín, en vez de continuar el Corredor Multimodal, esté avanzando “a toda” sin haber estudiado a fondo ni cumplido trámites legales y procedimientos en su estructuración como lo exigen las leyes vigentes.
¿Se lanzaron por la borda los derechos colectivos que consagra la Constitución Política; los derechos de las personas a gozar de un ambiente sano y de participar en las decisiones que les iban a afectar las condiciones de vida?
¿Se consultó la reciente Ley de infraestructura, la 1682/ 2013?; una Ley que establece principios básicos bajo los cuales todo nuevo proyecto de infraestructura de transporte que afecte la movilidad de personas, bienes y servicios como el mencionado, debe estar sujeto a procesos y estudios previos que analicen de manera integral sus implicaciones.
Y en un supuesto proceso de estructuración, ¿habrá garantía de que los beneficios serán superiores a los costos y asegurarán especificaciones mínimas para cumplir niveles de servicio y estándares de seguridad nacional e internacional para minimizar la accidentalidad y cumplir con cada una de las exigencias establecidas en la legislación ambiental?
Ninguna información técnica sobre estudios de factibilidad económica, de ingeniería... etc., garantizan la solidez del proyecto y las cartillas con las que se pretende socializar no pasan de ser literatura, meras ilustraciones y referentes de otras ciudades, sobre lo que a futuro serían las grandes transformaciones urbanas y los espacios verdes que se recuperarían, ¿pero a qué costo?
De la escasa información, se infiere que no habrá un espacio público adicional al existente, que no sea el derivado del “soterramiento” de las vías actuales a un costo diez veces superior a la alternativa de haber construido vías de superficie; las del Corredor Vial Multimodal, el cual quedará enterrado para siempre.
Una decisión que nos acarreará un enorme detrimento patrimonial por tan colosal aventura, porque van a destruir infraestructura, no están previstos los costos de mantenimiento, de ventilación, de iluminación, redes de servicio, bombeo de aguas freáticas... etc., ni el de los daños que causarán a los “soterrados” las avenidas cuando el caudal del río supere la capacidad del canal, como ha ocurrido antes en los deprimidos existentes.