“Ay, mi niña”, dijo el papá de Génesis Rúa, durante el sepelio de su hija, una pequeña de tan solo nueve años asesinada sádica y alevosamente en Fundación, Magdalena. “Ay, mi niña”, la frase envuelve un dolor y una desolación inmensos, que llevan a una conclusión: estamos muy mal como sociedad.
El crimen lo cometió, presuntamente, Adolfo Arrieta García, un tipo con antecedentes violentos. Dice su abogado que Arrieta tuvo un ataque de ira y se ensañó contra la niña, abusando sexualmente de ella, asfixiándola hasta la muerte y por ahí derecho incinerándola para no dejar rastro.
¡Que lo piquen y le saquen los ojos, que le apliquen la ley del Talión!, ¡cadena perpetua para el animal! Comenzamos a pensar con las vísceras por la rabia que da la alevosía...