En congreso de Anato, la ministra de Comercio, Industria y Turismo, Cecilia Álvarez escribía en redes sociales: “Somos el país más grande del mundo en biodiversidad, tenemos gran potencial para desarrollar en turismo”.
¡Cómo se le ocurre! Somos sí, pero no interesa.
¿Cómo apreciar y ‘vender’ esa biodiversidad? En ese congreso recordaron que aeropuertos regionales, como los de Nuquí y Bahía Solano, joyas de la biodiversidad, están abandonados y con frecuencia se suspenden vuelos. Ministra: no se pueden vender.
Ah, y una empresa brasileña tiene 23 solicitudes para explotar oro y níquel en 45.000 hectáreas de esa selva.
Tras el congreso, informe revela que cada día se deforestan 111 hectáreas por cultivos ilícitos. Y, eso que, Ministra, por si no lo sabía, esa no es la principal causa de deforestación de nuestros bosques, en los que habita esa diversidad que usted cree podría servir al turismo. Y entre los bosques más afectados están los de Nariño, parte del llamado Chocó Biogeográfico, uno de los ‘hotspots’ de la biodiversidad, como lo llaman los expertos.
El Ideam reveló que en 2013 se perdieron 120.000 hectáreas de selvas, cifra en la que no creen los investigadores de la Universidad Nacional que afirman debe andar por más de 400.000.
Colombia sí es muy rica en vida, Ministra, con algo así como 49.000 registros según el Instituto Humboldt, muchas de esas formas en peligro de extinción. Y únicas.
Y usted, que debe velar por el turismo, ¿acaso leyó que si no se adelanta con urgencia un programa de repoblamiento desaparecerán las palmas de cera del valle de Cocora, uno de los principales atractivos turísticos de la región de Salento y el Quindío? Solo imagínese sin palmas esas praderas encantadoras.
Este gobierno basa la economía en la minería, pese a que la locomotora anda descarrilada, otorgando facilidades a diestra y siniestra, hasta licencias exprés. Cómo será que el generoso Ministro del Medio Ambiente delegó en el de Minas la resolución de problemas ambientales mineros en los municipios. No pinta bien la situación para vender esa biodiversidad, ¿verdad?
Antier estaba el Ministerio de Minas en Canadá ‘ofreciendo’ nuestro país a los canadienses. En la delegación, gente del Minambiente como parte de tranquilidad exprés.
Ay, ministra, calma. Acá muchos tratan de conocer y proteger la biodiversidad, para aprovecharla de veras, pero hay un gobierno que no deja.