óscar domínguez g.
Todo nos llega tarde, hasta los Beatles. Mañana hará visita de médico a Bogotá el mayor de la banda, Richard Starkey, Ringo Starr, 75 años a la sombra, baterista, una ruidosa actividad que desata las alarmas entre quienes habitamos las colmenas de la propiedad horizontal.
Los apartamentos deberían venderlos o alquilarlos con la advertencia de si hay o no baterista a bordo. Esa alerta no la dan los constructores ni las agencias de arrendamientos. Ni pendejos que fueran.
He tratado de vender la idea de que en asuntos de amor, antes de incurrir en “martirmonio”, para ir sobreseguro, las partes deberían tener la opción de pedir referencias a las parejas de quienes los antecedieron en el tálamo nupcial: si ronca, practica la infidelidad, es luz en la calle y oscuridad en la casa, si en vez de besos o gardenias regala golpes, entre otras minucias.
La pregunta sobre los bateristas hay que hacérselas a los guachimanes, cuyo oficio incluye aflojar la lengua, previa convincente propina. Ellos lo alertarán sobre vecinos ruidosos como el Club el Rodeo, que sigue con su bullicio, corregido y aumentado.
Me tocó compartir edificio con un baterista que nos dejó de otorrinolaringólogo. Nos mantenía los ojos en la nuca. La locura. Solo descansaba para ir al parque a darse en la torre con su dosis mínima de maracachafa. Y ni siquiera invitaba. Sus vecinos matamos gallina cuando se fue a vivir a años luz de nuestras hojas de vida.
Ahora, si quienes ensayan son violistas, violinistas, pianistas, bienvenidos, siempre que ensayen “con cierto ritmo y en cierta proporción”. Ah, y con las ventanas cerradas, ojalá con vidrios que nos ahorren a los profanos corcheas, semicorcheas, fusas y semifusas.
No olviden invitar gratis a sus vecinos a los conciertos, como hace una bella parienta mía violinista de cuyo nombre no debo acordarme.
Volvamos a Ringo, reputado por sus fans como el mejor baterista del mundo. El británico aceptó el piropo pero aclaró en exclusiva con Gustavo Gómez feliz y certero conductor de la caracolera Luciérnaga, que el chiste no está en ser el mejor, sino en tocar bien.
Claro que la revista musical Q no menciona por ninguna parte al abuelo Ringo (cumple años el 7 de julio para los regalos) entre los mejores. No aparece entre los diez primeros. Digamos que el mejor es el que más nos gusta. Entre gustos sí hay disgustos.
El mejor para este pecho es Charlie Watts, de los Rolling Stones. La gran virtud de Watts, dicho por sus colegas de agrupación, es que no les roba protagonismo. Les propicia el lucimiento. Es de bajo perfil, casi un vistoso nn dentro de la agrupación que visitará a Medellín el día menos pensado. Ya el marrano se está engordando para financiar la entrada a gallinero.
Será nuestra venganza por no tener a Ringo en Medellín. (www.oscardominguezgiraldo.com)