Dentro de los nuevos fenómenos urbanos, en Medellín y el Valle de Aburrá, está la masificación del uso de la bicicleta como medio de transporte recreativo y laboral.
Hablaba ayer con Carlos Cadena, un joven inquieto que está al frente del IV Foro Mundial de la Bicicleta, que será la última semana de febrero en la ciudad, y advertía la necesidad de que la educación ciudadana, en torno al tema, comience desde los primeros años de edad. Tanto para los futuros actores que en las vías se desplazarán en automotores (carros y motocicletas) como los que lo harán en las amadas, saludables, apasionantes y relajantes bicicletas.
Medellín está en un valle bastante limitado para tener grandes autopistas, debido a las laderas que lo rodean, en especial por el oriente y el occidente. Y su movilidad se verá mucho más reducida y enredada cuando comiencen las obras de los Parques del Río, ya aprobadas. Los cierres y cambios en las vías serán inevitables y mayúsculos.
Qué futuro le puede esperar al tráfico de una ciudad cercada por barreras topográficas sino es el de convertir la bicicleta en un vehículo de transporte esencial. Limpio, silencioso, funcional, benéfico, barato, divertido.
Y es ahí que encaja a la perfección este Foro Mundial que pudiera parecer con un nombre muy ampuloso, muy inflado, pero que no lo es porque se proyecta con alcances planetarios seguros porque la bicicleta está hoy al orden del día en los sistemas de movilidad más ordenados y eficientes. Quién creyera que aquel aparatico ha recuperado un protagonismo tan, pero tan capital en las ciudades del futuro y, mejor aun, en las ciudades CON futuro.
La bicicleta rueda sin parar camino de convertirse en garantía de sostenibilidad ambiental urbana. Menos ruidos, menos gases, menos delirios y menos histeria vial. Incluso, los accidentes suelen ser menos letales y dañinos en ellas, por su peso y velocidad, factores que son mortales en las colisiones de los vehículos de motores, latas y chasises.
Nos entristeció la muerte de un ciclista embestido por un motociclista la semana pasada, en la vía recreativa del domingo. La tragedia, incluso, pudo ser mayor por la nutrida concurrencia en estos espacios de grupos de amigos y familias. Ese homicidio abre una profunda reflexión sobre lo que viene para los ciclistas y las bicicletas en la ciudad.
Que estas coyunturas, malas y buenas, sirvan para mejorar la cultura vial y la conciencia de todos sus actores. A pedalear por ello, Medallo.