Esa es la vida, así es y así seguirá y la próxima semana estaremos de vuelta a la rutina y el odio será costumbre y esas imágenes alrededor de la fe que vimos durante unos días y que congelaron nuestros pseudoídolos y nuestros desmanes habrán desaparecido, todo volverá a la normalidad, seremos unos días más viejos.
Unas lágrimas más habrán derramado los más sensibles viendo lo que sucedió con ese huracán de forma humana que pasó por aquí, lástima que sus secuelas no duren, que su capacidad de apaciguar al otro no permanezca y permee a los que promueven el odio desde la fe, desde su fe; ojalá sus palabras resuenen y se instalen como una sordina en el cerebro de tantos, ojalá esas imágenes de millones de personas felices al escuchar a un líder...