Los profesores de niños sabemos lo desafiante que es enseñar ciertos temas. Y más en tiempos de reguetón y en Medellín, una ciudad donde este ritmo lo escuchas al salir de nadar, en un acto cívico escolar o en una fiesta infantil. Todavía recuerdo aquel cumpleaños de un niño de cinco en el que apareció un hombre disfrazado de dinosaurio que se contorsionaba con una forma capaz de hacer sonrojar a más de uno. Mientras las mamás y sus hijos intentaban seguirle el paso, él cantaba con acento puertorriqueño: “Ya no me acueldo (sic) de nada”
Aquí es normal que si estás en una oficina, algunos jóvenes te saluden con un ¡Hola Bebé!, así, como en las canciones de ese género musical. Y cómo olvidar a aquel estudiante que respondía cada pregunta con un...