Por Jochen Bittnerredaccion@elcolombiano.com.co
Nací en 1973, el año en que Gran Bretaña entró a la Comunidad Económica Europea. Y como Gran Bretaña, siempre he sido escéptico hacia la ideología cuasi-religiosa, de unión cada vez más cercana que agarró a tantos proponentes de la Unión Europea, especialmente los viejos ansiosos de la generación de mis padres, quienes juraron que la única alternativa a la unificación era una recaída en el nacionalismo.
Y ahora esto. Justo cuando los europeos de nuestra generación estaban teniendo un descanso de esos viejos ansiosos, otro tipo subió al escenario: los viejos furiosos.
Estos políticos, hombres y mujeres, son lo suficientemente jóvenes como para no haber vivido la guerra mundial, pero lo suficientemente...