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El programa Buen Comienzo en Medellín ha sido ejemplo de atención integral a la primera infancia. Muestra de ello ha sido el escalamiento de la estrategia a través de Buen Comienzo Antioquia y de la política pública nacional De Cero a Siempre. Los indicadores de la ciudad muestran niveles superiores de cobertura en educación inicial en Medellín frente a las principales ciudades de Colombia y una tendencia decreciente en la incidencia de desnutrición; lo que refleja los esfuerzos de la ciudad por atender integralmente el desarrollo de sus niños y niñas entre los cero y los cinco años.
Las políticas públicas se fortalecen a partir del reconocimiento de sus efectos sobre el desarrollo territorial. En el caso de Buen Comienzo, en diciembre pasado se presentaron los resultados de dos evaluaciones sumamente trascendentes que justifican el fortalecimiento del programa. La primera, la evaluación integral del desarrollo nutricional, cognitivo, emocional y motor de los niños atendidos en los jardines Buen Comienzo en la modalidad de ocho horas, realizada por la Universidad de Antioquia. Ella evidenció la evolución positiva de los niños atendidos en el programa. La segunda, realizada por investigadores del Banco de la República dio cuenta del impacto del programa en el desarrollo individual de los niños una vez egresan de los jardines y pasan al sistema educativo.
Ya en 2013 los investigadores del Banco, con metodologías similares, habían dado cuenta de los beneficios en los hijos de madres participantes en las modalidades de atención prenatal del programa y los efectos positivos sobre la permanencia escolar de los niños. La nueva investigación evidencia el mantenimiento de estos efectos en el tiempo. Muestra que los niños no solamente ingresan al sistema educativo, sino que la tasa de deserción se reduce sistemáticamente en la primaria entre los grados primero y quinto. Asimismo, da cuenta de una mejora del rendimiento en las pruebas Saber en lenguaje y matemáticas en el grado quinto y de una menor probabilidad de que los niños y adolescentes cometan crímenes y sean capturados o de que se presenten embarazos adolescentes entre las egresadas del programa.
Los buenos resultados del Programa deben aprovecharse para preguntarnos cada vez más como sociedad sobre cómo mejorar las intervenciones públicas y los apoyos privados, especialmente en el campo social. Se gobierna más acertadamente cuando se hace bajo el rigor de evidencias cuantitativas y cualitativas que permiten establecer prioridades de inversión social.
Contar con evidencia rigurosa de qué está funcionando en las intervenciones para el desarrollo es una ventaja que Medellín debe aprovechar al máximo. El ejemplo de la evaluación comentada debería servir para extender sus aprendizajes a otros programas que se ocupan de temas sociales críticos. Un buen caso en esta idea de extensión es un programa tan preeminente en la ciudad como Familia Medellín, que está en mora de ser evaluado para dimensionar sus efectos reales.
El antecedente de Buen Comienzo y las evaluaciones en curso de las políticas de seguridad, indican el camino correcto al desarrollo de políticas basadas en la evidencia y a consolidarnos como una ciudad que aprende de los impactos de su gestión. Ojalá continuáramos con el programa Familia Medellín.
* Presidente Proantioquia
