Ninguno de los periodistas que protagonizaron la semana pasada en Medellín el espectáculo del Premio Gabriel García Márquez podía afirmar que el clima para el ejercicio de la profesión estuviera libre de riesgos y amenazas. El ejemplo óptimo ha sido el de la arriscada e intrépida reportera Dorrit Harazim, ganadora del Premio a la Excelencia, o, como ella dijo, a la supervivencia. Su historia de narraciones y presencias en los grandes acontecimientos es envidiable....