Existen tres tipos de deportistas: el físico, el mental y el espiritual.
El deportista físico es aquel que entrena pero no tiene un propósito claro, profundo. No tiene metas precisas, deportivas, porque no ha aprendido a responsabilizarse, sino que busca culpar a otros de su suerte. Cree que se gana por azar, si es que acaso incluso en su cabeza piensa en ganar. Y puede que a veces gane, pero no es lo común. Esos son los deportistas promedio: creen que todo está regido por la suerte, o por influjos políticos o por las llamadas “roscas” e intereses particulares.
A veces se les ocurre culpar al clima: porque llovió o porque hizo mucho calor. Es decir, todo lo ponen afuera y no creen en la mente, en la sicología. Son deportistas muy atrasados en...