No podemos decir que vivimos en una sociedad adulta, madura, hasta que dejemos de permitir que otros sean borrados por el simple hecho de pensar o ser distintos. Las ansias que el encuentro con la diversidad genera son síntomas de una patología que se puede volver también social. El fascismo, en el fondo, es la expresión ideológica de esta patología social.
Utilizo la palabra fascismo de acuerdo con la definición que dio el historiador Yuval Noah Harari; o sea aquella condición en la cual un grupo de personas se siente superior, o incluso supremos. No es solamente una manera de ver el mundo, sino también de relacionarse con el otro. En la condición fascista los únicos que importan son los que pertenecen al grupo de uno. Lo otros, en el mejor...